Como pintor
no soy Van
Gogh.
Como poeta, no doy la talla
Como poeta, no doy la talla
de Pablo
Neruda.
Como profesor no llego a la altura
Como profesor no llego a la altura
de Séneca.
Como padre, educo torpemente.
En cambio, cojo los pinceles,
Como padre, educo torpemente.
En cambio, cojo los pinceles,
la pluma, la tiza y mi alma de
progenitor,
creyéndome afamado pintor,
consumado poeta,
eminente profesor
y padre querido.
En esta embriaguez observo, mis poemas,
mis pinturas, mis lecciones
y los días
con mi hijo.
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
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