domingo, 27 de julio de 2014

Borrachera vital

Como pintor
                     no soy Van Gogh.
Como poeta, no doy la talla
                     de Pablo Neruda.
Como profesor no llego a la altura
                     de Séneca.
Como padre, educo torpemente.

En cambio, cojo los pinceles,
la pluma, la tiza y mi alma de progenitor,
creyéndome afamado pintor,
consumado poeta,
eminente profesor 
                   y padre querido.

En esta embriaguez observo, mis poemas,
mis pinturas, mis lecciones
                               y los días con mi hijo.

Adolfo Lisabesky

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