jueves, 24 de julio de 2014

Promesas

Una promesa:

“No dejaré de escribir poemas
hasta que sentado en un autobús
oiga un cuchicheo de versos
mal recitados y peor escritos.
Y al volverme sean dos enamorados
que cuidan su historia
entre los paisajes de uno de mis versos.”

Estaré enamorado hasta la muerte (1)

Entonces como el Simón Bíblico
diré algo así:
“Mis oídos ya han contemplado
al amor hacer repicar mis versos,
ya la lira puede apagarse” 

y temblarán mis manos al coger tus manos (1)

Dejaré el Parnaso,
pondré fin a mis días de polizón
en el barco de los poetas ignorantes,
volveré a la sordidez de los números
y me cobijaré en los versos sueltos
                                          del álgebra.

y temblará mi voz cuando te acerques (1) 

Pero mientras que en la acera,
en una siniestra oficina,
en los rectos oficios de las esquinas,
o en los silenciosos recreos
de un colegio abarrotado,
no me asalten mis versos,
los seguiré escribiendo.

y te miraré a los ojos como si llorara. (1)

Adolfo Lisabesky 

(1) Pere Gimferrer ( Llevan una rosa en el pecho los enamorados y suelen besarse...)

 

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