Subamos al barco compañera
¿Te quitaste los zapatos de tacón alto?
Cuidemos sus velas y las maderas
de esta vieja balandra donde embarcamos.
Sedal, aceite, agua y vino.
Espero recordar el lenguaje del viento,
de andar por tierra firme olvidé sus signos,
las palabras, sus toscas apreciaciones,
que pudieran sacarnos de un aprieto
en alta mar, donde nada vale
el lenguaje de los hombres.
Hagamos del barco nuestra casa,
un libro de poemas, un hornillo,
una radio rota, tu calor y el mio.
¿Aprendiste el significado de las estrellas?
Allá donde la tierra es sólo un recuerdo
podría sernos de ayuda o consuelo.
Y navegar compañera, navegar.
Izaremos la bandera del país de los sueños
bajo su amparo todo será posible
mis manos sobre tu espalda y en tu cuello
mis besos.
Tomaremos al asalto los amaneceres
no haremos prisioneros,
en los días nublados
pasaremos por la quilla
a los torpes enamorados.
Y al llegar la noche
en el suelo de nuestra balandra
seremos nosotros los observados.
Adolfo Lisabesky
Sí, es fácil olvidar el lenguaje del viento... Gracias por recordárnoslo a todo@s en tan acertados versos.
ResponderEliminarLos que alguna vez lo hablaron, aunque luego quedaran mudos, poco a poco seguro que lo van entonando como las gatas de un bebe. Gracias Raquel
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