martes, 22 de diciembre de 2015

Versos sobre una palangana

Recuerdo el chasquido del agua
tras las infantiles pisadas,
de una plaza travestida en cancha.

Las miradas curiosas, explorando
los ocultos pensamientos,
del alma errante y perdida.

Los miedos, la alegría
de no afrontarlos en soledad,
por entonces yo era el otro.

Ahora solo encuentro,
resín, y marmita caducada,
sueño, y un rincón para la derrota.

Y si algun verso gotea,
cae sobre una palangana,
vieja, melancólica y oxidada

Adolfo Lisabesky



viernes, 23 de octubre de 2015

Un profesor

Ya sé algo de aquel
del que nadie quiere saber.

De aquel, del que protegen
los caballeros a las damas,
de aquel, que apostado en la sobriedad
llena de repulsión a los ebrios,

Sé que su casa es un barco,
que en cáritas le dieron cobijo,
que la miseria fue su amante,
y ahora que aun pudiendo
                     flirtear con la lujuria,
hace poemas a la pobreza.

Brillan  sus pupilas,
a pesar de las manchas de hollín
               de su camisa a cuadros,
de su pantalón a rayas
pasado de moda,
de su sombrero de cawboy,
comprado en un bazar oriental.

Los profesores tenemos la dignidad
a la altura de nuestro estomago,
y cuando vemos que uno
                         de los nuestros
moja sus dedos
en la sopa de una ropa vieja
hecha por los menesterosos
para los pobres de solemnidad,
nos llevamos las manos
a la cabeza,
            de profesores enojados.

Adolfo Lisabesky




sábado, 10 de octubre de 2015

Será normal

Será normal que el mundo ruede
conforme a una diaspora de amores.

Será normal que en los ojos del hombre
se condensen gotas de melancolía.

Será normal que el árbol de la fortuna
amargue su fruto con la decadente
                          semilla del destierro.

Será normal que los dias impares
    sucedan a los pares,
en un compás matemático, infranqueble.

Será normal que los ojos de mujer
donde solía colgar mi alma,
sean nada mas que naturalezas muertas.

Será normal que la puesta en acción,
y el desenlace, no merezcan esta trama.

Será normal que desaparezcan de la vida,
la sal, el agua y la mañana.

Será normal  que el mundo
en su locura vital, solo atienda a la muerte.

Será normal, pero yo no termino de acostumbrarme.

 Adolfo Lisabesky



domingo, 27 de septiembre de 2015

Celia y Antonio

Antonio y Celia, nunca se llegaron a conocer,
la esquina de lo omnipresente, lo evitó.

Ella, que cargaba en su interior
el universo entero,
la piedad, el amor, y el desconsuelo,
se desangraba, sin permitirse verter
ni una sola gota de sangre.

Él, se soñaba en todas briznas de hierba,
pensaba que vivir boca abajo,
no era un imposible, sino una obligación,
torpe funambulista, amargo amador,
deshollinador de almas.

Si ella soñaba retailas de vidas en facebook
él, sintetizaba su amor en la brevedad
                                           de Twiter

Si él coreaba bajo la luna,
ella bailaba las serenatas de la mañana.

Si ella susurraba sus seguridades,
él gritaba todas sus dudas.

Los encontró un niño,
en una redonda sin estatua,
en el mercado de una tarde de domingo,
en la copa de un árbol,
como hojas que no quieren
 caer y ser pisoteadas por los transeúntes



Adolfo Lisabesky


sábado, 12 de septiembre de 2015

Niño, suelta ese libro que me buscas la ruina.

Al comienzo de curso, suele ser costumbre los avisos a los profesores mas heterodoxos, la junta a través de los inspectores avisa a directores y estos a profesores.

Entre estos avisos es tradicional el asunto de los libros de lectura. La consejería entiende y así avisa, que no podemos aconsejar libros de lectura fuera de la gratuidad de libros de texto, ya que sería discriminatorio con aquellos alumnos cuya economía familiar no permitiera comprárselos.

Puede uno hablarles de poesía, pero no deben de pasar de los versos de Lorca que aparecen en el libro de texto o de los dos o tres libros de Federico que hay en la Biblioteca. Puede uno Hablar del matemático persa, Al Juarismi, leer la entradilla del libro de texto pero no debe aconsejar ensayos o novelas fuera de las posibilidades del libro escolar. Podemos decirles que comenten textos filosóficos pero que lo hagan con la intertextualidad entrecomillada que aparece en sus libros de texto.

Los profesores no pretenden evaluar en virtud a la compra de un libro, pero no pueden ser ajenos a la literatura, como un componente alejado de los centros escolares, unido por el frágil hilo de la gratuidad y las Bibliotecas escolares.

Si en clase, al margen del proceso calificador, se lee o se comentan libros,  por distintas circunstancias, el momento, la asignatura, el interés de los propios alumnos, al profesor o profesora responsable se le puede caer el pelo, por eso el título, “Niño, suelta el libro que me buscas la ruina”

Es verdad que en la educación pública como un modelo representativo de la sociedad pasan alumnos de distintas clases sociales, como debe ser, y así lo vemos en su vestimenta, en sus aficiones, en las actividades extraescolares, en las intervenciones familiares...Pero de momento, en esto no hay protocolo alguno, no nos han pedido que examinemos la ropa por si es de una marca u otra , o las zapatillas deportivas, o que vigilemos las aficiones familiares, ni siquiera si pueden pagarse las excursiones que proponemos.

Han sido los libros, objeto de la lupa, como en un proyecto de “Farenheit 451” o en ese corralito donde sobrina, ama, cura y barbero disponen la quema de libros, en El Quijote. Hace unos años, un compañero sugirió escenificar la quema de libros, como un espectáculo irritante de la realidad, pronto compañeros y compañeras se llevaron las manos a la cabeza, “¡Pero como va ser los profesores quemando libros!” pues de eso a el título de este escrito solo diferencia, la denuncia.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Verano 2015

Caían mis palabras sobre el bálsamo
                      de tus silencios,
y aunque tú no estés,
debes  saberlo.

En el sindicato todo va bien,
aunque quise contarte lo de aquella inspectora,
promotora de bucles disparatados.

Las vacaciones también han ido bien,
pinto mas que escribo,
aunque mis pinturas siguen siendo
                  ingenuas caricaturas.

He visto: ríos ansiosos de agua,
pueblos de famosas amanecidas,
pinturas emboscadas, duendes ebrios,
princesas de corrido carmín.

De mis amigos, conversación,
paseo, juego, miradas al pasado,
y prometedores enfados
                      con los poderosos.

De mis amigas, unas se casan,
otras desaparecen, y algunas
ven mis mismas amanecidas.

Pero todo va bien, este año el Ébola,
no revoloteó sobre nuestras conciencias,
solo al final, en una playa,
vimos el cuerpo menudo del fracaso.

¡He leído tanto! que no recuerdo nada.
La poesía descansó de mi,
y mi alma descansó de la poesía.

Por lo demás nada,
el sindicato va bien.

PD. Disculpa la falta de rima, y de ritmo, cada vez me cuesta mas.










Adolfo Lisabesky


lunes, 31 de agosto de 2015

Islas Menores 2015





















Niño leyendo el mar en un libro electrónico























Las bicicletas son para el verano


















 Rambla de Almería


















El mar no está tras el patio




 Adolfo Lisabesky






sábado, 29 de agosto de 2015

Berja 2015



Tímida flor de pascua

 



















Naturaleza viva, secuestrada y yacente



Retrato















Miradas


















Ermita Virgen del Saliente

















Sierra Nevada año 2000






















 Penumbras




















Retrato














 Ermita Virgen del Saliente

 



















Torres de la iglesia de Berja






Adolfo Lisabesky
















sábado, 15 de agosto de 2015

Ropa vieja de verano

 I

Caen las gotas del verano,
Como los granos de arena
del reloj de playa,
como el resbalón helado
de un cucurucho playero

II

Susurra tus poemas, poeta, en voz baja, en voz baja.
Pintor, que tus colores no chillen, en voz baja, en voz baja
Y que tus besos acaricien a esa desconocida,
En voz baja, en voz baja.

 III

Creí que era único,
un ser tocado por la distinción
una especie artesana,
enriquecida por los errores
de las manos que me moldearon.

Sí, confieso que así me crei.
Que los demás eran autómatas,
cuerpos y mentes de una cadena
aurea, instrascendente, casi terrorífica.

Desconfiaba de las muecas a coro,
de las pantomias, con risas enlatadas.
Así me levanté esta mañana,
la pasta de dientes, el espejo armariado,
la sonámbula expericia matutina,
mas tarde comida, y postre helado.

Fue entonces cuando vi,
que yo era fruto de la misma semilla.

 IV

El Jucar se retuerce, se gana a la montaña, engatusa la vereda y enamora al visitante.

V

Las palabras, nada mas que palabras,
o mejor nada menos que las palabras.
Palabras que se las lleva el viento,
o mejor, palabras que el viento elige,
para hacer de ellas aviones de papel.

VI

 ...y llegó el espanto buscando cobijo,
Aullando sus tenebrosas canciones.
Saqué la paleta, triste de colores,
los pinceles de pelo de rata,
que solo querían pintar amaneceres.

VII

 Tiró la piedra sobre el pozo,
las monedas saltaron por encima
de sus cabezas.
Donde antes salpicaba el agua,
oyeron por primera vez,
un eco capital,
el pozo abandonó el fresco humedal
para abrazar el dinero.


VIII

 Se cae el mar, tras las hojas de un almendro.
En los increibles equilibrios, danza la luna
en el canto imprevisible de tu sonrisa.
Y en este enigmático espectáculo,
no dejo de ser un espectador tuerto.

IX

 ¿Y si mis versos fueran el aire
con el que infla su pecho mi sapo?
El alma sería el orgulloso mentidero,
Y el mar el espejo azul de Narciso.
Mis llantos las cataratas de un payaso,
los amaneceres las secundarias carreteras
por donde huyo.


X

 ¿Y si mis pinturas fueran los mocos
colgantes de un pavo real?
Las sombras, el abrigo con el que cubro
mis desvergonzantes desmesuras,
los brillos, las aparentes grietas
desde donde observo el sol de los otros.


XI

 Dádmelo todo, vuestro dinero, vuestra amistad,
dádmelo, sin reticencias, con generosidad,
dadme vuestras conciencias, vuestros devaneos,
políticos, sociales, intelectuales ¡Todos!
Dadme el fruto del rompecabezas de vuestra existencia,
y cuando no tengais nada, dadme la razón.


XII

 Dulce olor de primavera,
isla, santuario, espina y monte,
grano fecundo, espiga sedienta,
grito, lecho, lejano horizonte.

Adolfo Lisabesky


 


domingo, 19 de julio de 2015

Niño leyendo el mar en un libro electrónico

El mar no es el cielo,
ni el libro un santuario,
los versos no son sus besos,
ni los poemas, naufragio.

Pero el niño lee el mar,
en los ojos de otros niños,
sus acrobacias,
           ingenuas acrobacias,
danzan en el laberinto infantil.

 En la otra orilla,
está la isla de los días escolares,
los matinales despertares,
la vida atada a una silla.

El día de hoy,
es luz y sol,
sueño y juego.




Adolfo Lisabesky

lunes, 6 de julio de 2015

Dimito

Ya quisiera decirlo bien alto:

     " Dimito"

Pero no tengo nada por lo que dimitir.
Podría reunir a los pocos amigos
que aun toman a broma lo que digo,
hacerles partícipes de mi dimisión:

"Camaradas,en estos días
            de insulsa alegría,
                en estas horas
                de triste agonía,
es mas, en estos minutos,
de esperanzas rotas,
                        Dimito.

Dimite el hombre, el viejo
           y el niño,
dimito porque no he sabido ser
ni agua para tu sed,
ni pan para el camino,
ni ungüento para las heridas.

Dimite mi voz,
dimiten mis manos,
A la espera de una voz nueva,
de unas manos fuertes,
Dimito."

Pero para dimitir hay que ser
algo, o alguien,una secretaría,
                              ser tal vez
delegado de alguna viceconsejería.

Nada, no tengo nada que echar a mi dimisión,
nada que haga de mi un ser desprendido,
un político honrado,
un poeta hecho carne.

Ah sí, dimito, dejo el parnaso libre,
ya no seré uno de esos tantos
que escriben a hileras
y dicen ser poetas,
                              eso haré.

Reuniré los pocos camaradas
que aun toman a broma lo que digo,
y les comunicaré mi irrevocable dimisión:

"Amigos, que en noches estrelladas,
me hicisteis creer
  que mis frases entrecortadas,
no eran retailas sin sentido
sino etílicos poemas,
debo deciros algo importante,
Dimito, adiós poetas, adiós poesía"

No es gran cosa,
pero es la única dimisión
que me puedo permitir.







Adolfo Lisabesky (Costernado por la dimisión de Varufakis-Ministro Heleno de Economía)





viernes, 3 de julio de 2015

Grecia

Ha tenido que ser Grecia,
a la que todos volvemos,
los poetas  a honrar a Homero
recitando  sus versos en Delfos,
los estudiantes de matemáticas
a reconocer en Euclides
el nacimiento y muerte de la Geometría,
los dramaturgos a la trama de una obra
 ya escrita por Esquilo o Sófocles.
De los Filósofos no diré nada,
ya que ellos saben que su casa habita
en las islas Griegas

Pero ha tenido que ser Grecia,
la que canta, cuenta, piensa y llora,
la que nos hizo, cantar, contar, pensar y llorar,
la que hizo del mar,
pergamino y pluma,
la que hizo del hombre,
un alma algo mas sabia.

Ha tenido que ser Grecia,
la prolongada Grecia,
la Grecia que duerme en ruinas,
pero vive eternamente en su obra.

Ha tenido que ser ella,
la que vuelva sus ojos  a la Mujer,
al Hombre, al fruto social,
de las constantes involuciones de la política.

Ha tenido que ser Grecia,
la que por una semana,
hace llorar al dinero,
mientras piensan el estudiante,
el parado, el funcionario,
el artesano, el obrero.

Unas reflexiones interrumpidas
por los ruidos de una Europa,
que no quiere que piensen los Europeos.

Y mientras Grecia se debate
entre la política y el dinero,
yo solo puedo hacer versos,
imitando, humildemente, a Homero.

Adolfo Lisabesky









jueves, 2 de julio de 2015

Territorios comunes

Crece el cielo hasta pisar la tierra,
el mar hasta dar con su sangre en la arena,
los hombres que estiran su sed
en los oasis de todos los burdeles.

Pero mis versos no salen del cuarteto
acosada el alma entre cuatro versos,
¡Cuatro versos! ahí vive mi sed.

De la ciudad solo conozco sus miradas,
la de la niña que camina y juega,
la del joven que sentado en una terraza
sueña con todas las mujeres del planeta,
la del viejo que escupe la vida
                             a sentencias.

Me gusta mirar los ojos de la ciudad,
                      escuchar sus sonidos,
como titulares de un noticiero sin redactor.

Los árboles de mi ciudad
son testigos mudos de estas miradas,
es su sombra su anzuelo,
allí en los días
de la vociferante
                    luz de Almería,
los arboles esperan astutos,
la llegada del niño, del joven, del viejo.

Por eso  nuestro alcalde,
quiere poner punto y final a la chismosa
arboleda.

Adolfo Lisabesky





miércoles, 1 de julio de 2015

Vientos

Pasó el viento del norte,
quiso llevarme a las montañas,
pero mis palabras pesaban demasiado.

Al poco tiempo, un viento africano
intentó arrancar de mi una impostura,
pero es mi vida una maroma deshilachada.

El viendo del este y del oeste,
              clamaban,
pero no entendía nada,
solo un crujir de corazones secretos.

Aquí me quedé, mirando el mar de poniente,
declamando con voz engolada,
los versos que nunca debí escribir.

 Adolfo Lisabesky



domingo, 28 de junio de 2015

Buñuelos de viento-video

Como descanza la luz en la Alcazaba de Almería


Una Broma

Nunca me he tomado
                    demasiado en serio,
tal vez esa sea mi pequeña virtud.

¿Como tomar en serio,
 mis lecciones?
las continuas intentonas
de dar un hueco a las mates,
entre los juegos infantiles.

¿Y mis discursos?
Diatribas que emito,
en cuanto el auditorio baja la guardia,
despliego un folio, timbreo mi voz,
mi mano temblorosa espera no ser
                     observada.

¿Y que decir de mis bromas?
chistes, esperpénticas anécdotas,
que algún amigo vuelve oír una y otra vez,
lo hacen-pobres-con una sonrisa entre
                los labios.

¿De mi, que decir?
unos ojos ojerosos de ocre color,
el pelo que aparece donde no quiero,
y desaparece de donde tanto lo estimo,
mi barriga que viene y va
como las olas del mar.

De mis poemas, que a veces releo,
y en una decidida voluntad de hacer frente
                a este otro yo,
 que aporrea un teclado,
mientras los otros huyen,
           o bajan la cabeza.

Estos personajes tan mal trazados,
en unos argumentos que pierden fuerza
                          en cada página,
pero que tendré que aguantarlos
                        hasta el final del libro.

Adolfo Lisabesky



jueves, 25 de junio de 2015

Buñuelos de viento

¿De que están hechas las palabras
                      que no dicen nada?

Del aire perdido de un globo
               tristemente desinflado,
De las cintas multicolores
 de un pueblo en fiestas.
De un mar sin isla en su horizonte,
del agua de un  río que  no encuentra
el mar.

Por eso es a veces mejor callar,
hacer descansar a las palabras,
esas que dicen y dañan,
esas que cantan y descansan
                         en tu regazo.

"Durante el otoño, repleta el alma de arena,
            completo el estanque de sal,
me volveré a tus ojos para llenarlos
de palabras vacías"

¿Qué contiene un cuerpo en tránsito?

Unas olas sin dueño,
un traje de noche por estrenar,
la vereda que abandonamos,
la senda perdida donde me encuentro.
los ocultos deseos prendidos
                         a tu cintura.

Gastadas la palabras que salen del alma,
que ingenuas quisieron cambiar la vida,
vuelvo a los grises artículos
                de un poema abortado.

Adolfo Lisabesky



miércoles, 17 de junio de 2015

Bandas de papel

Hoy quiero hacer un poema,
hoy que unas sonrisas me auparon
a la punta de una rama,
hoy sí, hoy no quiero ser comedido,
quiero hacerme gigante
salir del rincón del ocaso cotidiano,
instalarme en el amanecer adolescente.

No me importa caer de repente,
de esta estúpida nube,
de esta sonrisa hiriente,
que sacaría de quicio a cualquiera,
incluso a mi.

Pero hoy soy un alegre arquitecto,
un orgulloso alfarero,
y el alma recuerda porque un día
quise ser marinero.

¡Ay verso libre! que navegas en los días
de esperanza, pizza y merendola,
que agarras el hombro del hombre
para hacerlo niño, niño con corbata.

No te alejes de mi, recuerda
que solo soy un aspirante a maestro.

Adolfo Lisabesky


lunes, 15 de junio de 2015

Josefina Manresa

Es la mirada del niño,
que huía del rebaño,
desde Orihuela, miraba el mundo,
desde la cárcel, la pintó Vallejo.

En casa falta esa mirada,
que vio la muerte en Teruel,
que lanzaba poemas,
por "encima de los fusiles
y en medio de la batallas"

Y en este recuerdo
quisiera descansar su derrota,
pero pesa tanto,
la falta de libertades,
la muerte de un sueño,
y la cárcel...
como la imagen viva de España.

Pasas la yema de los dedos,
                     sobre el retrato,
como antes sobre su propia piel,
te paras en sus labios,
miras el mentón apretado,
los pómulos angulosos
que atrapabas con tus manos.
y entre tus suspiros
                nace un poema:

Déjate poeta, los versos en el poema
olvida, soldado, el fusil en la trinchera,
hagamos un cuerpo, amante, un cuerpo
                           para una  primavera.


Adolfo Lisabesky


                             





sábado, 13 de junio de 2015

Y de repente, el verano

Nosotros los de entonces,
ya no somos los mismos,
decía Neruda,

Ya no somos gigantes,
aunque midamos lo mismo
ustedes algo crecieron.

Ya no somos seres perfectos,
lo siento, pero mis fallos
los aprecio tanto
              que no quise esconderlos.

Ya la inocencia inició su huida,
pero no la perdáis de vista,
en los tiempos de listos y canallas
   es un oasis de belleza.

Ya los amigos hablan mas de lo que cuentan,
en sus continuas historias
el rincón de los adultos es tan pequeño
que no cabe el abrazo ni el llanto.

Ahora que no sois niños, ni adolescentes
que no sé lo que sois,
que en vuestros ojos solo hay preguntas
que mis respuestas se hicieron pequeñas,
ahora, solo me queda caminar,
caminar junto a vosotros,
         por si acaso pudieramos necesitarnos.

Adolfo Lisabesky


jueves, 11 de junio de 2015

Heterodoxia IV

Cuando grito, mi calle, educada
me devuelve un eco,
me gusta el eco de mi calle,
no lo cambiaría por el mas sabio
                      de todos los filósofos.

Cuando canto, el coro repite mi estribillo,
que dulce melodía,
no la cambiaría por el canto del jilguero
que anuncia la primavera
                            a sus mil maneras.

Cuando hablo, el tono de mi voz se quiebra,
tartamudeo, desconciertan mis voces,
mis distintos yo, discuten entre ellos,
y en esa discrepancia nace mi locura.

Hace tanto tiempo que nadie
encuentra razones a lo que digo,
que va siendo hora de colgar mi orgullo,
ponerlo a secar junto a mi cordura.

Adolfo Lisabesky




martes, 9 de junio de 2015

Equidistancias

Hace frío en la equidistancia,
mucho frío en el neutro
punto medio, allí en los albores del cero
nada me devuelve a la vida,
ni hacer malabarismos
en un alambre de espinos,
la sutileza, el afinado punto intermedio,
son lugares que nunca me dieron cobijo.

Correr
en defensa a ultranza
de un sueño, de la apuesta
con un cielo que creíamos era azul
cuando en nuestra fotografía,
el único azul era el de  tus ojos.

En mis orejas el mercurio
marca la lejanía con la moderación,
entonces sé que volveré a perder
la batalla contra uno mismo .
Solo queda planificar dignamente
                          la huida.

Correr, eso sí, esta vez por la calle de en medio.

Adolfo Lisabesky











domingo, 7 de junio de 2015

Delirios de poesía

Habla tu piel  un lenguaje
que no enseñan en los colegios,
pareciera decirme que las esperas
    hacen de los recuerdos, leyendas.

Desde las nubes se ven hormigas
                     en todas las almas,
agetreadas por un diluvio que nunca llega,
llenan el hormiguero de insulsas
                                     banalidades.

La cáscara de pipa que tomabas nerviosa,
en el parque de los desencuentros,
la miga de pan del bocadillo de caballa
que vendían en la cantina de mi colegio,
el azúcar caído de un desayuno,
con tostada quemada, leche derramada,
          y café estampado contra la pared.

¿Dónde guardarán las hormigas
                    sus migas de pan?

Camino despacio en un barrio en obras,
de una ciudad en obras, en un país parado.
La barra de puntos, ahora de cantos,
no entiendo nada, por eso quisiera perderme
                           en tu piel.

Hacerme pequeño,
para pasar por el ojal de tu camisa,
saberte montaña, y yo explorador,
cielo y yo gaviota
mar y yo pescador,
banco astillado y yo paloma,
mirarte cuadro para soñarme pintor.

Soñar dias azules
sobre un lienzo lleno de grises.

Adolfo Lisabesky






martes, 2 de junio de 2015

Adios Lizano

A estas alturas aun no se ha inventado
                             la idea higiénica
la que nos limpiara de tanta mierda.
No, ni sé si soy curvo o recto,
demasiados días haciendome pasar por pastor,
que olvidé mi curva a los pies de un rebaño.

Y me bajé de los caballitos,
que daban ingenuas vueltas,
que subían y bajaban,
que me traían de vuelta mi niñez.

Me he creído, profesor, poeta, matemático,
sindicalista.... y hasta pintor,
tantas cosas me he creído ser
                    que olvidé ser mamífero,
para verme uniformado,
junto a unos iguales, distintos de otros.

Ahoro en este meso donde mi ordenadora
 fatigada espera que salga el Luno,
para ver en sus cráteres El Poemo de Lizana,
lloro los poemas que El capitán no escribió
porque el capitán no era el mar, ni el mal
el capitán era él, del que me hice poeta-dependiente,
el culpable de que mi alma se enrocara en la poesía.
El que ha muerto dejando huérfano
                               el anarquismo real  poético.

Adolfo Lisabesky





             

lunes, 1 de junio de 2015

Gestos y gesto

En tus gestos vive el baile de tu infancia,
los días de las experiencias jamas contadas,
los sonetos que nunca has escrito.

En tu gesto... todo el mar,
Pinos y  Robles que dejaste atrás,
                                 tan lejos.

De tu vida sé muy poco,
de ti lo sé todo.
Conozco tus puentes, tus cimas y valles,
los ríos que estás dispuesta a cruzar,
las calles que quieres transitar,
el bosque que conforman tus principios,
el llanto oculto de tus desvelos.

Pero estos versos que escribo
y  nunca te leeré, los hago
para salvar el sortilegio
                          de tu mirada.

Adolfo Lisabesky

 



                        
  

domingo, 31 de mayo de 2015

El Albergue-video

El albergue

Dejarse ir, escuchar los sonidos del tiempo,
los ondulantes pensamientos que atrapa el viento.
Los cantos desafinados de un labriego.
El paso lento de la vida en la sierra.
La melodía secreta de las abejas esperando el sol.

Desde un porche que observa:
Los orgullosos almendros,
un coche destartalado,
la torre de una ermita agujereada por el sol.
Las curvas sinuosas de una alpujarra antigua y hospitalaria.

Adolfo Lisabesky (Murteño a prueba)

miércoles, 27 de mayo de 2015

Sombras acechantes

Dices que el mundo se acaba,
te veo empeñado en estirar la vida,
                              como un chicle,
lo que ocurre es que lo tienes pegado
               en la suela de tus zapatos.

Hace días que solo veo tu sombra,
tus señales de vida cedieron lugar
a una sombra alargada, nada misteriosa,
tus ojos ocultos en esa capa negra
de una sombra tenebrosa
que no es ni sombra de lo que eras.

Y aunque mis manos busquen en tus dedos
la suavidad de tu piel, solo encuentran
                     siesta, sueño y muerte.
¿Qué mas puede dar una sombra?
Ni siquiera sombra, en el desierto de la estupidez.

Adolfo Lisabesky




domingo, 24 de mayo de 2015

Cajón de-sastre

 I
Cuando alguien se mueve,
repentinamente en el ambiente saltan preguntas,
¿Por qué se mueve hacia allí?
¿Por qué no hacia el otro lado?
¿Por qué de esa manera?
¿Por qué tan despacio?
¿Por qué tan deprisa?
Son las preguntas de los sentados,
de los que no oponen resistencia a la inercia.

Es la inercia a la física,
lo que la derecha a la política.
Por eso la izquierda
debe estar en continuo movimiento
como partículas revolucionadas,
que buscan el aire,
a través de los poros del sistema.

 II
"La Democracia no es votar,
la Democracia es decidir"
Es un grafiti que no se me quita de la cabeza,
¿En estas elecciones nos dejarán decidir?
¿O una vez vendido el coche,
la simpatia del comercial desaparece?
¿Cuánto duran los abrazos de un político?
¿Los 20 días de una campaña electoral?
¿Se caerán sus brazos,
cuando caiga el último voto?
Tengo la muñeca hinchada de tanto votar:
He votado ilusionado, enfadado, combativo,
exultante, amenazante, solidario, castigador,
mi muñeca ya está hinchada.

El traumatólogo me mandó unos dias
con el15-M
se mejoró
Pero ahora un trozo del 15-M
se metió en una urna.
Y miro el grafiti y me pregunto:
¿Cuándo nos dejarán decidir?

III
 No quiero decir, para no decir nada,
ni andar, para verme la espalda,
caminar, atisbar nuevos recreos,
ver en el mar los reflejos del nuevo día,
eso, eso es lo que quiero.

IV
 Mueren las estrellas en el mar de tus sueños,
y en cada entierro, lloro los versos que no escribimos


Adolfo Lisabesky







viernes, 22 de mayo de 2015

Llanto por Don Quijote de la Mancha

¡Ay Don Quijote!  ¡Qué harto estabas!
de ver los gigantes que se esconden
            tras dóciles molinos de viento.

¡Qué harto estabas Don Quijote!
de guardar armas, vida, y esperanzas,
a solas con un Sancho,
 a veces descreído, a veces sorprendido.

Y en tu búsqueda la tiara de la cordura:
Un Barbero, un Bachiller y un Cura.
¡Qué harto estabas D. Quijote!
de ver la violencia de los hombres
escondida en la mansedumbre de un rebaño.

¡Qué harto estabas Don Quijote!
Tus versos de Amor fueran devorados
                         por Aldonza Lorenzo,
mientras Dulcinea del Toboso
moría consumida por la angustia
                                       de la desesperanza.

Al salir de casa rumbo a las estrellas,
creíste que Rocinante,
                no se cansaría nunca,
que el alma de los caballeros viejos
era infranqueable y que tu voz
retumbaría en el valle de los siglos
como un eco salvador.

¡Qué harto estamos Don Quijote!

Adolfo Lisabesky

Tertulias-video

jueves, 14 de mayo de 2015

El solar de los maestros

De casa de los maestros
a solar de los maestros,
eso es ahora, un destartalado solar,
sin maestros, sin niños, sin emigrantes,
                                   nada, un solar.

Abajo un parking vacío
arriba un solar vacío,
Para llenar el parking,
vaciaron el solar.
Sol, soledad, solar,
casta, casa, castillo,
No está el barrio para juegos,
       pero me gustan tanto.

Sólido, soldado, solariego,
caseta, cascada, castor.

Por el barrio revolotean
 candidatos que no podrán
convencer a los niños
             de la casa de los maestros

A su padre lo sacaron a empujones
con edictos, con empeño, con feroz decisión.
¿Dónde estarán ahora las familias
que vivían  bajo el techo
                   de una trupe de maestros?

¿Tú lo sabes, solar?
                                    Pues yo no.

Solo sé que ya no están,
que aquel hombre, que fue niño en mi aula
                                 ya no está.

Yo no hice nada, ahora estúpidos poemas,
que solo me llevan a mirarte,
"Solar de los maestros",
con los ojos de un maestro jubilado.

Adolfo Lisabesky




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