viernes, 28 de abril de 2023

Migas de pan


 Del día de la poesía ni se acuerda.

Hoy no es el día de la poesía,
no, no lo es.
Menudo timo el día,
y menudo timo la poesía. 
 
Tremendos truhanes son los poetas
antes al menos se ponían una pajarita
hoy en día no hay quien los distinga.
 
Usted mismo pudiera ser un poeta,
no es necesario ser gentil hombre,
         ni altruista persona.
Pudiera ser un genocida, un imbécil
o simplemente ser
                  el oscuro portal por transitar.
 
Los hay truhanes intensos y preparados
en las académicas instituciones de poesía,
a medio camino entre matemáticos y costureros.
Luego están los truhanes de medio pelo
entre los que humildemente me encuentro.
 
Nosotros no contamos sílabas,
            ni siquiera
                         contamos.
Ya bastante conté en mi niñez
bajo una gruesa regla de madera.
 
Basta con engañarnos, suponernos poetas
pensarnos herederos de Homero.
Y dejar caer los versos
como suaves hojas de otoño.
 
Adolfo Lisabesky 

Nadie quiere morir
y todos tenemos que hacerlo
detrás del álamo blanco
encontrarás el ciprés de mi cementerio.
 
Adolfo Lisabesky

 

 Marinero en mar.

Sobre el corazón solo el amor
sobre el amor los besos
y sobre los besos tus labios.
 
Adolfo Lisabesky

 

 Poeta nada lineal.

 

Gira el tío vivo,
gira la vida,
giran los giros.
Los poemas que me gustan
            dan giros.
Giran los bailarines,
giran los enamorados,
dan un último giro
    los difuntos.
Giran las estaciones,
giran las emociones,
giro yo cuando aún no lo era,
giras tú para volver a ser yo.
 
Adolfo Lisabesky

 

 

Diabético.

El azúcar de la leche condensada
entre dos galletas maría.
El de los sobres extra
que crujían entre mis dientes.
El azúcar del Colajet, del Bombón
      del Apolo.
El del osito, o el plátano o la fresa ácida.
El azúcar del cuerno de merengue, el del milhojas también de merengue.
El azúcar de ayer,
el que compartí en una plaza o en un mercado entre una bolsa atestada
      de nubes.
Todo el azúcar del mundo
que hizo de mí el diabético que soy.
 
A toda esa azúcar que ya no volverá
le debía unos segundos de ternura.
 
Adolfo Lisabesky

 

 

Va en manga corta.

De pronto el sol explotando en lo alto,
como faro enorme, como un falo enorme.
Gritando luz, gritando ansia,
y Almería que siempre, siempre sabe escuchar.
 
Adolfo Lisabesky 

 

Meta-verso.

Es inevitable, un poema tiene que tener versos,
sucesivos intentos frustrados de ritmo
como en la vida se tienen
sucesivos intentos frustrados de vida.
 
Adolfo Lisabesky
 
No sé nada.
 
Desde mi casa no se ve el mar,
¿Cómo puedo hablar de sus atardeceres?
no sé nada.
 
Abandono los bares,
cuando empieza la hora de los descubrimientos,
no sé nada.
 
Si un libro empieza aburrirme,
lo dejo por otro, tal vez mas pesado,
Si un poema, como puede ser este,
me engaña, lo abandono.
no sé nada.
 
Soy un ser en continua retirada,
embarcado, en una barco a medio hacer,
que dejó el fondeadero, ansioso de mar,
solo sé que no se nada,
y que Sócrates me perdone.
 
Adolfo Lisabesky
 
 
Dibujo de Goya expuesto en el Museo de Dª Paquita

 
 
 

lunes, 24 de abril de 2023

Desde un puente.

 

Observador


Suenan lúgubres los tambores,

pum, pum, pum

mientras unos niños buscan

por debajo de los capotes

el secreto de las procesiones.

Marchan descalzos los penitentes,

pum, pum, pum

juegan al futbol con bolas de papel

unos infantes aficionados

al juego,

se divierten sin pudor.

La tropa de autoridades

pum, pum, pum

muestran al vulgo sus dignidades

sin guantelete, austeros y eclesiásticos

se procesionan sus majestades.

Jesús a lo alto de una cruz

sigue solo y clavado

desde hace más de XX Siglos.


Adolfo Lisabesky


(con el permiso de Labordeta)


"Habrá un día en que todos al levantar

la vista únicamente veremos miseria"

Adolfo Lisabesky



Se inventó un hermano


Toca a las puertas de mi casa

la Primavera:

- ¿Está el poeta?

- No, salió en busca de versos.

- ¿Sabe usted si volverá pronto?

- Tardará si se cruza con su hermana.

- Mi hermana la trompetera, anda bailando por los caminos.

Yo voy buscando por las madrigueras a los poetas.

- Cansado de esperar en casa, metió en un hatillo

su traje de marinero, y salió en busca del mar

y de las primaveras.

- Pues mire aquí estoy en busca de los poetas malditos.

- Entonces ustedes se equivocan pues Adolfo lo que es,

es un maldito poeta.

Adolfo Lisabesky


Yo confieso


Y sueña el mar con la costa,

las olas con el viento,

los dolores con el sufrimiento.

Cantan las gaviotas a ritmo de sal,

los abedules bailan al son de un levante,

y en tu pared muere la cal.

¿Por qué quiere tu voz

sobreponerse al ruido?

Adolfo Lisabesky



Cavernícola


¿Qué ocurriría si me internase en una gruta profunda y oscura?

De la luz un recuerdo,

de las voces remedos,

y todos los olores olvidados.

En su lugar las moscas

y yo, o yo.

Ellas íntimas enemigas

y yo un sujeto del que no debes

confiar.

Por un grieta caen viandas,

y recogen mis excrementos.

Todos son sombras,

gracias a la ínfima luz de una linterna,

sería el esperpento vivo de Platón,

la envidia de un profesor de filosofía

y al salir el entrevistado perfecto

de una inquisitorial periodista.

Adolfo Lisabesky



Feología


Se pasea por las guerras,

se distrae en los hospitales,

incluso lo han visto en los patios

de los colegios.

Es idéntico en cualquier parte del mundo,

tiene los mismos dientes

y da los mismos mordiscos.

Reparte su viscosa alma

por todas partes

y da los mismos abrazos

porque sus brazos son los mismos.

Sigiloso y persistente es el profeta

que nos advierte de nuestra fragilidad,

que nos conmina a volver a los pies del padre.

Así se presenta sin aviso:

El dolor.

Dios, apóstol y testigo de Fe

en todas sus manifestaciones.

Adolfo Lisabesky


Tan vivo, tan muerto.


¿Qué crees que no te oigo?

Son tus pisadas bombas

tu aliento gases asfixiantes,

y aún piensas que eres imperceptible.

Miro de reojo y te veo,

atento escucho tus susurros.

Editor de frases con escuadra

y cartabón,

te perfumas segundos antes

de emitir tus flatulencias.

Son tus mierdas ordenadas

y con olor a Cristian Dior.

Crece la vida a tu alrededor,

pero a tí te da igual,

Tú todo lo quieres, tu paciencia es infinita,

tienes en tu poder toda la eternidad.

Adolfo Lisabesky



Vividor.


Vivirme, eso es lo que quiero, vivirme.

Gota a gota depurar la vida,

ojear los paisajes

reconocer todos los olores,

comer de todas las fuentes

y beber de todas las botellas.

¡Vivirme! Sin temor, sin prisa, sin rencor.

Dejar en manos del destino

las formas y maneras de las adversidades,

para preparar el camino por donde

merezca la pena vivirme.

Adolfo Lisabesky


Fantasmas.


Yo no fui,

yo no estaba,

yo nunca nada,

todo fue un sueño,

una invención del subconsciente,

una sombra,

que no merece la pena recordar.

Adolfo Lisabesky


A Antonio


..Hablaré hasta quedarme afónico,

entonces aprenderé el lenguaje de los signos

y hablaré con mis manos

hasta quedarme manco.

Aun así, hablaré por los ojos,

hasta perder la vista.

Cuando quede mudo, manco y ciego

hablarán mis cicatrices por mi.

Adolfo Lisabesky



Pausa.


Si se interrumpe mi voz,

piensa amada mía

que los vikingos atracaron Normandía.

Si doy por finalizado mi libro,

piensa querido mío

que fue un giro inesperado del destino.

Si mi cuerpo se desalma,

piensa querido perfume

que sigo vivo en una nube.

Adolfo Lisabesky




Marinero en dique seco.


Rema marinero, rema.

No esperes al viento

ni confíes tu movimiento

al motor de una sirena.

Rema grumete, rema.

De proa a popa en el ritmo

silencioso de una barca serena

que espera de tí su brillo.

Rema Capitán, rema.

No olvides que fuistes grumete,

y que en esta barca sin velas,

tu peso no puede ser un cuerpo inerte.

Boga, boga, no desfallezcas

si arribar a una playa desierta

deseas.

Adolfo Lisabesky 

 


 


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