miércoles, 30 de noviembre de 2011

De las voces y los ecos

Púlpitos, gradas y consejos,
cuando hablas de democracia,
aplauden jóvenes y viejos,
sonríen y caes en gracia.
Reflejan como en un espejo
los ánimos, agradan la estancia
y coinciden contigo de lejos.
“..que garantice unas premisas mínimas..”(1)
¡Cuánto gustan los discursos huecos!
Canciones, poemas...ínfimas
“A distinguir me paro las voces de los ecos...”(2)
El día de los sin techo, bajo palio
el día de la constitución, encerrados,
el día de la paz, obligados,
el día de los enamorados, hastiados.


Cuando construyes democracia
estás solo, bicho raro y estorbo.
Cuando destruyes la plutocracia
necio estúpido con intereses torvos.
Excusas a gritos de súbditos sordos
eligen entre todos la burocracia.
Le ponen nombre a tus modos:
Tú eres amante de la acracia.
Tu utopía nos molesta a todos.
Todo debe estar reglamentado
todo debe estar controlado.
Leyes y normas del estado,
que apartan al ciudadano
y lo convierten de súbito
en obediente y leal súbdito


Adolfo Lisabesky

(1) De “Algo personal” J. M. Serrat
(2) De “Autorretrato” A. Machado

martes, 29 de noviembre de 2011

Hablé de límites a un caballo (III)

Hoy me dijeron que eres culpable.
Culpable de esos picores insistentes,
de los bultos molestos y resistentes
que hacen de las prefabricadas inhabitables.
No conocen tus inquietudes matemáticas,
tus preferencias por las enseñanzas amables,
por la hierba fresca, por los alumnos leales.
Recuerdan a tus compañeros de viaje
a los que das cobijo sin ambages
a esas pulgas numerosas como los reales.
Te atarán a una estaca, le pondrán
alta cerca a tus trotadas. Multarán
a tu dueño por los olvidos. Dictaminarán
por decreto tus galopadas. Aumentarán
la aulas prefabricadas. Y decidirán
poner fin a tus clases de bachillerato.

Y aunque no tenías como Pegaso alas,
tu color no era como el de Disney, blanca,
tus gestos no eran de yegua brava,
en tu cara no estaba Europa dibujada.
Sin embargo te echaremos en falta,
cuando la clase sea una clase y basta,
cuando no despertemos de lo plasta.
Te recordaremos yegua exacta.


Adolfo Lisabesky

domingo, 27 de noviembre de 2011

Hablé de Continuidad a un caballo (II)

He visto jamelgos sumar con la doma,
reconocer los números con el látigo.
Pero esta yegua libre por la loma,
para su trote, descansa y se asoma.
Volvió de algún severo castigo,
el aula fue de nuevo su refugio.
¿Será la serenidad de las matemáticas?
¿Las aulas prefabricadas, plásticas?
¿La fresca hierba de la mañana, estática?
¿La tranquila paciencia, elástica?
Hoy tocaba continuidad, lo reconoció
y fugazmente escuchó, no saltó.
Sus elegantes pisadas fueron ejemplo
de la continuidad en su propio verbo.
Fue discreta en su entrada
y ya saciada en su retirada.


Pero entra en clase estimada dama,
deja el umbral de la mañana
toma asiento, yegua recatada
¿Te añado a la lista, yegua osada?
No tomaremos asiento en tu espalda.
No te vayas de esta clase destartalada.
Relincha, hazte oír ...¿la función dada
es continua, discontinua o encantada?


Adolfo Lisabesky

sábado, 26 de noviembre de 2011

Testamento

Desde unas rendijas dices verme
incluso en los momentos mas íntimos.
Debes saber que veo en tus signos
los míos y aunque me eterne
hoy quiero hacer testamento.

Te dejo mis dudas sin remedio
para que tú en los momentos
seguros las conserves en silencio.
Te dejo mis tontas propuestas
para que estas, sí, les des respuestas.
Te dejo un cofre vacío
para que hagas uso del contenido.
Te dejo un hígado graso,
el del abuelo, lo siento, te lo paso.
Te dejo las ganas de ser feliz,
si lo intentas, al dormir al raso
verás que las estrellas te acompañan.
Te dejo mi colección de meteduras
de pata, amplíalas con las tuyas.
Te dejo una bolsa de consejos
vacía. Para que tú no la llenes
y así la entregues a mis nietos.

Si te dejara dinero, casa o acciones,
me habré equivocado. Reacciones:
Reparte el dinero, llena la casa
de gente y las acciones lánzalas
al viento junto a mis cenizas.


Adolfo Lisabesky

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Voces del pueblo

No dejaré de votar hasta hartar la urna.
Entonces me sentiré colmado y sereno,
entonces comprenderé que ellos se turnan,
que ellos reponden al mismo dueño,
que ellos retoman lo mismo, que nunca
vuelve lo nuevo, que nuestro sueño
habrá que aplazarlo, que retumban
los sonidos y no se escuchan los ecos.
Ecos de un pueblo que grita y lucha.




Adolfo Lisabesky

A Miguel Hernández

martes, 15 de noviembre de 2011

Hablé de límites a un caballo.

No susurraba aunque tampoco gritaba,
estaban maravillosamente atentos,
sumaba métodos, a penas divagaba.
Ejercicios, dudas y muchos retos
afrontábamos, algunos dominamos,
otros ya lo haremos. Aunque lentos,
en un sendero ancho todos caminamos.
De repente, entre límite y límite,
el trote seguro, el andar dispuesto
de una yegua acercó sus orejas presto.
Las frescas hierbas en cada envite
saboreaba y dejaba del pasto el resto
para otra andanada. Entre el convite
algún límite de ideas lunáticas
reconocía. Está claro, esta yegua elije
de entre todas , las matemáticas.

Mañana esperaremos su visita.
Dejaré que nos hable, del pasto,
del rocío de la mañana, y harto
de trotes tomará silla en su visita.
Prepararé la más cómoda silla
compraré de entre todos el pasto
mas fresco. Pero no olvides yegua
mía, al segundo de bachillerato.



sábado, 12 de noviembre de 2011

Espartaco no salió de Brindisi

Espartaco no quería más estado
que el estado libre del hombre.
Espartaco no tenía el hambre
que nace del hombre odiado.

Pero espartaco no salió de Brindisi

Espartaco conocía la injusticia
del poder sobre el desamparo.
Espartaco probó las delicias
del árbol prohibido y talado.

Pero Espartaco no salió de Brindisi

Espartaco aterrorizó al imperio
siniestro de los todo poderosos.
Espartaco no olvidó los rostros
de los esclavos en su cutiverio.

Pero Espartaco no salió de Brindisi.



Adolfo Lisabesky

jueves, 10 de noviembre de 2011

Versos llorados, versos robados.

Cuando Franco murió en la cama,
murieron con él otras cosas.
Con él cayeron como pesadas losas
acólitos que con el águila en la rama
lloraron. Pero también fallecieron
ideas de cambio. Novias celosas,
también querían recibir las rosas
funerarias en la cama. Pensaron
en mandar eternamente. Dejaron
al pueblo votar para que todo
siguiera igual. Los partidos nacieron,
aprendices de brujo, con el codo
se incordiaron. Dueños de todo,
democracia a su hijo le pusieron.

El Pueblo confiado, de este modo
partidos y políticos profesionales
decían representar, ceremoniales,
a trabajadores, empresarios... a todos.
Leyes y normas sin alma...normales,
Barrios y asociaciones... cordiales,
Sindicatos obedientes y mansos... leales.
Bancos usureros...banqueros insuperables
Iglesia todopoderosa...obispos amables.
Indignados unos cuantos gritaban,
que si vagos unos les rechazaban,
que si utópicos otros menospreciaban,
que si perro flautas otros insultaban.

Acabo la canción de los versos llorados
y sonrio porque estos versos son robados.

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