viernes, 30 de agosto de 2013

Ojos

Ya hace muchos días
que no te miro a los ojos.
¿Son las mismas tus pupilas?
¿Son inocentes tus sonrojos?

De soslayo no los distingo,
no soy capaz de comprobar
si aquellos ojos que el niño
descubrió, mirando el mar,
son los que ahora alojan nieve.

¿Mudaron tus ojos, niña?
¿Dónde encontraré cobijo?
Dime, ¿Cómo te sientes?
Perdí el sentido, no distingo
el mar del hielo, la muerte de la vida.


Adolfo Lisabesky


lunes, 26 de agosto de 2013

Vértigo

El cuerpo retumba, acelerado el corazón,
los sentidos abandonan sus cómodos asientos,
mis pisadas no encuentran el suelo
y mi llanto cae dando un vuelco a la razón.

Los días me parecen segundos
y los segundos no los siento.
Naufrago en un océano profundo
de sal armada en el desierto.

Ayer, hermana vi tu traje enlutado
y se que un día será tu luto el mío,
¿Estaré por entonces preparado?

¿Qué será mi ser cuando no sea?
Guardiana de la última esquina,
déjame preparar tu postrera visita.

Adolfo Lisabesky

 

martes, 20 de agosto de 2013

¡Qué torpe!

Querer que el sol sea suave en verano,
que el viento al soplar no levante la tierra,
que ladrido de un perro sea ladrido amortizado,
que las espinas de una rosa no dañen al enamorado,
que los mares y ríos acaricien las piedras.

¡Qué torpe! ¡Qué estúpida,
mi insistencia! loca, suicida.

El sol me responde y seca mi alma.
El viento me arrastra y me enreda
y aunque no cabalgo, los perros ladran
sólo las rosas generosas se ablandan.
Las aguas deshacen los castillos en la arena.

¿Será mi torpeza y heridas
lo que otros llaman
el principio y el fin de las utopías?

Adolfo Lisabesky

martes, 6 de agosto de 2013

Profesores

Y con este van quince años,
aunque nosotros llamamos cursos.
Y hace quince que paré el reloj,
atrapado hasta convertirme
en lo que soy, un viejo profesor.
He cantado, bailado, dado discursos,
resuelto ecuaciones, desatado bostezos.
En algunas clases al salir pensaba,
“Lo hice y no se dieron cuenta”
De otras pensaba, desconsolado:
“¿En que momento equivoqué mi trabajo?”
En su miradas he visto el mar de los sueños
lo cerca que se encuentran las utopías,

He herido y he sido herido.
He hecho soñar y soñado.
He sido primero, el moreno
luego el de las canas incipientes,
ahora el de la incipiente calvicie
mañana el calvo de mates.
Siempre un inquietante profesor.

Y con este van quince años,
con sus ciento treinta y cinco meses.
Y todavía entro a clase tímidamente,
dejándome llevar por las edades del ayer,
viéndome retratado en su ser,
porque yo fui el Antonio preguntón
La Elisa desatada
El Abraham que mira por la ventana,
Sara que espera el recreo
y Luis que anda desgranando sus deseos.
Los veo y me veo, entre ellos
crecí y en frente decrecí.
Días de sueños y pesadillas.

Adolfo Lisabesky


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