lunes, 3 de abril de 2017

La servilleta que quería volar

los versos se fueron con los impostores de la A7, el poema bailaba con la mas fea, y Adolfo esperaba tiempos mejores,  Ahora ¿Quién puede dejar pasar este magnifico título regalado por un niño?


La servilleta que quería volar

No estaba en su ánimo el de secar
la fea faz del anodino corrector de almas,
ni permanecer dobladita en el servicial
                               servilletero.
Ni la cuña en la oxidada mesa de la terraza,
ni el calendario laboral de un atropellado directivo.

Ella esperó la primera ráfaga de aire
para subirse y volar hasta aquel acantilado
que unos enamorados soñaron visitar
mientras paladeban en los ojos del otro,
                         sus helados.


Adolfo Lisabesky



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