viernes, 27 de enero de 2012

Amplias vistas

Tiene mi habitación ventanales,
tan grandes, que hacen transparente
mi casa. No tienen cristal aparente
ni cortinas ni persianas impermeables.

De los ventanucos hicimos ventanas
y de estas a fuerza de estirarlas
grandes ventanales. Atalayas
hermosas, propuesta estética cercana.

Veo una multitud de almas abiertas,
veo batallones de desertores perdidos,
veo procesiones de rencores heridos,
veo coros que cantan canciones secretas.

Tan grandes son mis grandes ventanales
que veo sucesos todavía no sucedidos.
Veo a los rencorosos entregar, decididos
su rencor. Abandonar sus arsenales.
Veo a los ofendidos acariciar su ofensa
y no esperar castigo ni recompensa.
Veo a los recelosos hacer la promesa,
desconfiar de sus recelos con franqueza.

 Despliego  la cortina, cierro la ventana,
desarmo mi retina y bajo la persiana.


Video de Hector Alterio recitando un poema de Leon Felipe

Adolfo Lisabesky


domingo, 22 de enero de 2012

La ciudad que habito

Tiene mi ciudad un puente de hierro,
desde donde nos ve deambular en coche.
Desisto, no quiero saber  si es
de Eiffel, de un pariente o amigo fiel.

Subiendo la Chanca, mojado por el mar,
crece un castillo que dicen Alcazaba,
mordido por la historia y por la sal,
pareciera que el flamenco lo resucitara.

Aguarda mi ciudad  con discreta
humildad el final del día, tras un cabo.
Vecina del sol en compañía secreta.

Aunque yo no nací en mi ciudad,
pero sí frente al mismo mar,
un soneto  te vengo a regalar.


Adolfo Lisabesky

sábado, 21 de enero de 2012

Indignado me tienen con la indignación.


Si a pesar de las mentiras desplegadas,
si a pesar de las medidas tomadas,
si a pesar de los medios controlados.

Esta marea de indignados,
este amasijo conglomerado,
estos perro-flautas aflautados,
estos hijos de su madre perfumados
persisten en sus hechos denunciados,
siguen en defensa de los desahuciados,
vuelven a las plazas acampados.

¿Qué podremos hacer para pararlos?
¿Qué podemos decir para neutralizarlos?
¿Qué mentiras nuevas convencerán a los parados?
¿Cuánta policía necesitaremos para encerrarlos?

El tiempo, dejar pasar el tiempo.
Hacer que el tiempo, el miedo y los medios
sean su tumba. Nosotros tenemos el remedio
morirán en el desánimo. Y cuando en la plaza
esté el último indignado,
los demás estarán alertados
por las migajas que les lanzamos,
le miraremos a sus ojos cansados,
Y le diremos “ Estás sólo, desgraciado”
Veo en su mueca un gesto esperanzado.
“No tengo miedo, y con mi perro y mi flauta,
sin miedo, espero a los ciudadanos honrados”


Tengo pescado

Hay en mi plaza una pescadera
que vender quiere de cualquier manera.

Si el que pasa es un mozo,
le recuerda lo apuesto,
le piropea  lo puesto,
pero corre el mozo
y su gozo en un pozo.

Si la que compra es mujer,
le grita su lozanía.
Se giran Ana y María
pero dan a entender
que tampoco ellas van a querer.

Si el descuidado comprador
va acompañado de un niño
les recuerda con cariño
las virtudes del pez emperador.
Del padre y el niño sólo un guiño.

Es tanta la gana de vender
que los vecinos les da por murmurar
“Ese pez no es de hoy sino de ayer”
caminatas dan en el mercado
vueltas para no comprarle pescado.

Hay en mi plaza una pescadera
que vender quiere de cualquier manera.


Adolfo Lisabesky

jueves, 19 de enero de 2012

Juez encadenado

Si Garzón quisiera
yo sería su secretario
que buen magistrado era

Me dicen que prevarica
que delinque a sabiendas
que dueño de las riendas
a la policía les dedica
su tiempo y las escuchas.
Tiempo de canallas y de luchas
donde el dinero se fabrica
entre trajes de gente rica.

Si Garzón quisiera
yo sería su secretario
que buen magistrado era.

Mi tío vive desaparecido
con dieciséis años vivo
y ochenta mal caído.
El Juez instruye y dicta:
“Autores confesos revivos
dadme en forma de lista
los sitios de los cuerpos presos”
¡Las cadenas pronto! Insta
el poder judicial. Garzón reo
del delito de hacer justicia,
culpable manifiesto.

Si Garzón quisiera
yo sería su secretario
que buen magistrado era.

De los delitos anteriores
buena fama y pocos rencores.
Promulguemos entonces otros peores.
¡Corrupto! Él que a ricos condenó.
¡Ladrón! Él que la policía buscó.
Los días americanos
les sirven a los villanos
para poner grilletes en sus manos

Si Garzón quisiera
yo sería su secretario
que buen magistrado era.


Adolfo Lisabesky (Con permiso de Alberti)

miércoles, 18 de enero de 2012

La canción del Banquero

Todo va bien, inmensamente bien.
En mi oficina entró una chica hermosa
a cuatro echamos entre ellos a Hinojosa.
Una por cuatro, veinticinco por cien.

Todo va bien, placenteramente bien.
Creíamos que solo ganaríamos la mitad
pero el gobierno subvenciona cantidad
a todos los bancos, el Gobierno nos es fiel.

Todo va bien, grandiosamente bien.
La multitud mohosa protesta cada desalojo
La policía hacendosa lanza a los piojosos.
El sistema funciona la mar de bien.

Todo va bien, espiritualmente bien.
En la iglesia se acabó el tiempo
de curas sin sotana. La iglesia del bien
apartó a locas y comunistas, lo siento.

Todo va bien, pedagógicamente bien,
aunque tengo dinero, mucho dinero,
y a mis niños a un colegio privado les lleve
no pago nada. Al rico lo primero.

Todo va bien, maravillosamente bien.



Adolfo Lisabesky

lunes, 16 de enero de 2012

Procedimientos, cauces y veredas

Me proponen autopistas de peaje,
cuidadas plataformas de automóviles
veloces, donde no tienen sitio los carruajes.
Inhabitables vías, las autovías.
Aeropuertos y trenes de alta velocidad
transportes inútiles, callada vecindad.
Los paisajes son fotografías en movimiento,
descuadradas imágenes, copias del viento.
El camino no caminado se hace eterno,
los tropiezos no salvados del camino, desierto.
En cambio la vereda, el camino vecinal,
los pasos dados y no contados. Advierto
en tus vivencias retazos del animal
que aúlla en soledad. Aprendo del arroyo
a fluir sin molestar. En el camino apoyo
mis deseos de progresar. Lento discurrir
¿El transporte? El codo con codo.


Adolfo Lisabesky

domingo, 15 de enero de 2012

Cuerpo sin alma

Reconozco mis manos al acariciar
tus senos. Mis labios son más sabios
al besarnos. Mis ojos al estudiar
tus curvas reviven mis delirios.

Yermo e inútil está mi cuerpo,
desierto, alma perdida, el sentido
olvidado y en la cueva que anido
húmeda rinconera donde miento.

Ilusiones para llegar a fin de miel,
prácticas armónicas, destino cruel.
Remedios para no saborear la hiel.

En franca retirada de uno mismo,
me escapo por calles escondidas,
de bruces tus ojos y mi optimismo.


Adolfo Lisabesky

sábado, 14 de enero de 2012

Nubarrones

Desde las sombras olvidamos  la luz.
En invierno perdemos el calor del sol,
la sonrisa borrada, dormido el amor.
Los días son en el diario una cruz.

Desorientados buscamos  los brillos
de entre los días grises. Una fase
cerrada, destellos que reemplacen
en gris lo negro,  risa por  los gritos.

Equilibrios sin red en cuerda floja,
pánico a las alturas, mirar  y caer.
Espiral donde los errores se alojan.

Hoy la luz llega hasta el oscuro
pasillo. Los rayos nos acarician.
No hay nubes, ni vientos, ni muros.


Adolfo Lisabesky

martes, 10 de enero de 2012

Puof

Puof, puof, suena la tos como un himno
puesto en pié, puof, puof,  lo saludo
armado con bata y  un palo, sin mimo,
acorralar quiere, puof, el médico astuto.
"Abre la boca" puof, puof, testarudo.
El palo no pudo, puof, con el loco ritmo



Adolfo Lisabesky

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