El reloj: tic tac,
la presión arterial: boom, boom,
los suspiros, ah, ah,
el ritmo de los versos desrrimados:
ding, dong.
el perfume desbordado de tu cuello:
sens, sens,
las ramas cayendo del otoño:
plof, plof,
el final del día sin piedad:
catapum, catapum,
última onomatopeya sobre mi último libro,
en el último minuto de la modernidad.
Adolfo Lisabesky (hace guau, guau)