El lunar instalado en tu hombro
ajeno a la cirugía láser.
La tilde olvidada de un "mas"
que el editor ortográfico olvidó rescatar
Los días de espanto y asombro
camuflados, grises, errantes.
El decidido encanto de un párpado
caído, que no empeñas en levantar.
Los besos errados
dulcemente soñados.
La osadía como un relámpago
segundos ajenos a la normalidad.
La huella de tus dedos sobre mi pecho
relucientes oasis de fertilidad.
Los consejos lúcidos de un borracho
repican como lluvia fina en los tejados
El dolor que grita en el cómodo lecho
como un faro agónico e irreal.
Las palabras atropelladas de despedida
sobre el blanco desierto de la nevera.
El olor de la tarde sobre tu pecho
nada que envidiar de jazmines y deseos.
Los mensajes de amor de torpe ortografía
de una niña desbordada de amor y de pena.
Estos versos lanzados al inmenso mar
sin duelo, sin recato, sin salvavidas.
Adolfo Lisabesky
No hay comentarios:
Publicar un comentario