Qué más puedo decir, sino callar
y escuchar la marcha nupcial del grillo
Qué más puedo escribir, abandonarme
en los versos frescos de un infante.
Recorrer los ríos desde el mar a la
montaña
Visitar la planta de neonatos de un
hospital
Bajar de la trigésima planta del Torre
Laguna
a una humilde, blanca casa en la
Alpujarra.
Para volver a emocionarme con la brisa
fresca
de una noche de verano.
Adolfo Lisabesky
de una noche de verano.
Adolfo Lisabesky
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