Primero empezaré por sorprenderme de la sorpresa general. Es sabido entre los más torpes estudiantes de economía la ruptura entre sociedad y estado cuando los índices de pobreza sobre la ciudadanía avanzan por encima de unos básicos, lo sabía John Maynar Keynes y lo saben los alumnos de 1º Bachillerato que no se saltan las clases de economía.
De ahí nacen, como forma de perpetuarse- ya que el capitalismo tiene una forma muy dúctil de hacerlo- los pactos socialdemocratas o de proteccionismo o de estado del bienestar. Así nace el New Deal como manera de hacer del capitalismo algo más humano que le hiciera resistir frente a reivindicaciones de los movimientos comunista y anarquista. Y así se perpetuó en Europa, y en menos medida en EEUU, después de la segunda guerra mundial. Pasando incluso por regímenes totalitarios-caso de España, que bajo la dictadura comienza una incipiente protección social- y democracias como la Francesa, Reino Unido tomando especial intensidad en los países nórdicos donde la social democracia gobernó ininterrumpidamente durante largos periodos.
Luego vino la caída del muro, la victoria sobre los regímenes totalitarios comunistas. El movimiento anarquista lastrado por una falta de cohesión interna y duramente perseguido, fue poco a poco perdiendo importancia en el panorama político internacional. La inercia, fuerza invisible permanente que obliga a los cuerpos a mantener su dirección y sentido, siguió dominando durante unos años nuestra forma de gobierno. Pero el liberalismo fue asfixiando estos avances sociales de los que hablaba, privatizaciones, desamparo, hasta adelgazar tanto el estado que quedó a su merced, a merced de los poderes económicos. La política pierde, el dinero gana.
En este panorama, llega una crisis de carácter mundial, propiciada por los mercados, por la falta de coherencia, por poner en valor lo que primariamente carece de el. Desde el capital se avanza que nuestros nietos vivirán peor que nosotros, como si en lo barrios de trabajadores hubieran sido verdaderas Sodomas y Gomorras, que debemos apretarnos el cinturón y esto a unos ciudadanos que a esas alturas carecen de pantalones. Desde esta perspectiva se bajan salarios, se agilizan despidos, se recortan ayudas se privatizan hospitales, se despiden a maestros...
Y volvemos a lo que hasta un mal estudiante de Economía podría predecir. Primero desencanto con la clase política y luego enconado enfado con una casta protegida que desprotege a los más débiles. Movimientos en la calle, 15 M, exigencias de democracia, mareas blanca, verde, naranja, huelgas generales. Este desencanto como primer resultado hace subir la abstención y los partidos tradicionales se lamentan (con la boca pequeña) "Los rebeldes" no quieren ensuciarse con lo que denuncian y optan por no votar pero el sistema no se da por enterado.
Elecciones 2014, no los pongo en el mismo saco, válgame Dios, pero si son consecuencia de los estímulos que ha provocado la sordera de occidente. Syriza, Podemos, UKIP, Frente Nacional...
Bueno, sólo en España los partidos mayoritarios ahora en minoría. ¿Seguirá sorda occidente? Parece ser que sí, en parte. Sólo PSOE admite su derrota pero titubea al buscar soluciones, lloran desconsolados, amargos lamentos de los que creen que es demasiado castigo a sus desvelos. Por lo demás, descalificaciones, parece que Pablo Iglesias lleva coleta, parece que en su programa repite lo de los perro flautas en las plazas ¿Y que querían? Sé lo que querían, que entraran por el aro y se sumaran a la fiesta. Aun no es tarde y tendrán cantos de sirena, propuestas en forma de moqueta roja, coche oficial, encuentros en "lo posible". Captarlos o descalificarlos, así digiere occidente a los sarpullidos culturales y políticos. Se digiere lo apetitoso se vomita lo execrable, todo por engordar a esta grasienta "Democracia hereditaria":
Cuidado Podemos, no os cambien el nombre y paséis a llamar "Ya veremos lo que se puede" os lo dice un votante que sólo quiso poner una cuña en este sistema de partidos políticos
Debido al carácter pretencioso, prosaico y aburrido Adolfo se niega a firmarlo, Lo haré yo que pasaba por aquí.
Ángel Rodríguez Fernández
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