Hoy quiero hacer un poema,
hoy que unas sonrisas me auparon
a la punta de una
rama,
hoy sí, hoy no quiero ser comedido,
quiero hacerme
gigante
salir del rincón del ocaso cotidiano,
instalarme en el amanecer adolescente.
No me importa caer de repente,
de esta estúpida nube,
de esta sonrisa hiriente,
que sacaría de quicio a cualquiera,
incluso a mi.
Pero hoy soy un alegre arquitecto,
un orgulloso alfarero,
y el alma recuerda porque un día
quise ser
marinero.
¡Ay verso libre! que navegas en los
días
de esperanza, pizza y merendola,
que agarras el hombro del hombre
para hacerlo niño, niño con corbata.
No te alejes de mi, recuerda
que solo soy un aspirante a maestro.
Adolfo Lisabesky
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