¿Cuántas mentiras he de contar
para que dejen de llamarme mentiroso?
¿Cuántos versos he de escribir
para dejar de ser poeta?
¿Cuántas manos he de morder
para no ser tratado como un perro?
¿Cuantos amaneceres caerán sobre mí
antes de enredarme en la madrugada?
¿Cuántas vidas he de vivir
para que la muerte sea mi amiga?
¿Cuántos segundos he de contar
para poder olvidar el tiempo?
¿Dónde están las respuestas
que antes encontraba en unos ojos
en una sonrisa, en unas manos
y que ahora duermen placidas su olvido?
Adolfo Lisabesky
Preguntas así se hizo Bob y acabó tocando para el Papa.
ResponderEliminarUn saludo, Ángel.
No sé,no me veo, no me veo
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