lunes, 2 de marzo de 2015

Versos sueltos


Entre mis manos y mis pies tengo veinte mudos.

El invierno en ocasiones se camufla de primavera.

El estruendo del silencio abandona a los muertos en los cementerios.

Mis amigos son una bandada de pájaros solitarios.

Del año mil novecientos setenta solo recuerdo un llanto, el mio.

Cuanto mas estudio la muerte, mas me gusta la vida.

Hoy cayeron rosas en un jardín sin flores.

De tus temblores, niña, nacerán nuevas alegrías.

En los corazones del parque solo veía faltas de ortografía.

Miles de voces clamaban un silencio que nunca llegó.

A veces digo cosas que no quisiera escuchar...me.

Mi ventana es tan pequeña que las cortinas no merecen la pena.

Yo, yo, yo, yo...ella, pero otra vez yo, yo, yo....

El tiempo se viste de oro para poder torear los segundos

¡Un verso, un maldito verso que abra las carnes de la poesía!

¿Que es un verso? sino la unidad de medida del alma.

Encadenar versos sueltos solo se le ocurre a un loco o a un tonto.

Por los cuerdos me hice el loco, por los vivos me haré el muerto.

Desafiante, horrible, monstruoso, encaramado a su tejado.

El frio se condensa en el gesto ecuánime de una perdida piedra del desierto

Adolfo Lisabesky



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