Un beso, sólo es un beso
y un abrazo
no deja de ser
un abrazo.
Y eso es todo
obviedad, reclamo
del enamorado.
Penúltima estratagema
del que todo ha probado.
Engañada la pareja
envuelta por el lazo,
apretada la pueril tesis,
descubre:
que un beso
es más que un beso.
Y que un abrazo
es el principio y el fin.
Adolfo Lisabesky
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