Cuando alguien ha querido
deseado,
amado,
necesitado,
a otro alguien,
con cierta irregularidad
saltan los pequeños duendes
del recuerdo,
se suceden entonces
como en una película en blanco y negro
imágenes,conciertos, playas,
bibliotecas, discotecas, bares, cines
de verano.
No se conforman estos duendes
No se conforman estos duendes
con el sabor agridulce de la nostalgia,
cantan en la hoguera del olvido
hasta hacerlo desaparecer.
En su lugar el piano de Bebo Valdés
y la voz de Diego “El Cigala”:
“Se me olvido que te olvidé”
“Se me olvido que te olvidé”
Adolfo Lisabesky
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