martes, 2 de diciembre de 2014

Perdón

No sé hacer las cosas peor,
ojalá supiera,
ojalá pudiera,
pero no sé, ni siquiera mejor.

No sé, no sé, no sé.
Me escudo tras los arboles alcanzados,
son toda mi vestimenta,
nada más tengo,
¡No me la arranquéis!
Dejad los mordiscos para otra pieza,
mi carne está tan dura.
Pero es sólo mi carne,
mi alma no camina sino vuela,
mi mirada es en mi generosa,
no debiera serlo tanto.

Perdonarme, caminantes
no sabría caminar grácilmente
mi andar es una torpe secuencia
de pasos mal dados.
A veces me caigo,
cuando camino me acuerdo
de mi estampa en el suelo,
de un cuerpo inútil, yerto.
Pero mi inconsciencia sigue camino
creo que lo hace sin otro motivo
que encontrar otro árbol
donde volver a trepar.

Adolfo Liabesky




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