A estas horas la ciudad es solo un proyecto
el rocío un manto de agua para su nacimiento.
En algunos bares una tímida luz
espera el momento en que la ciudad despierte.
Pero yo ya desperté hace tanto tiempo,
no tengo cuento para mi sueño,
no tengo pesadillas para mis vidas,
solo tengo dudas,
envueltas en una frágil seguridad:
El destino es un ser voluble,
entregado al mejor postor.
Adolfo Lisabesky
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