lunes, 6 de enero de 2014

El tiempo

Me moriré un día de cielo negro y tormenta.
Por entonces el vértigo será mi amigo,
habré comprendido el sinsentido del abismo,
mis días, puras miserias de una vida eterna.

Lo habré olvidado todo, el mar
reflejo perfecto de vidas no vividas,
la tierra, guardará las huellas de pisadas
por caminos en donde nunca anduve.

En un último recuerdo, lloraré frustrado.
Maldeciré a los vivos que verán la mañana,
miraré con envidia al niño, recién nacido.
Y caeré, olvidando y olvidado, al vacío.

Me moriré un día de cielo negro y tormenta.
Desde mi ventana me alcanza el sol y su luz.
Hoy pospondré mi llanto, tal vez mañana.

Adolfo Lisabesky

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gusta