Migas, migas de pan, humildes migas de
pan.
De una Hogaza dormida que a la caricia
suave
despertara y al despertarse un leve
quejío.
Así son mis versos, humildes migas de
pan.
No uso brújula, ni miro al norte,
de las estrellas sólo asombro y color,
Enmudecí el navegador de mi coche,
mis sentidos en la Alhambra, en su
mirador.
Las lanzo a los caminos
para olvidar el camino de regreso.
Con suerte, serán pasto
de los animales del bosque.
Adolfo Lisabesky
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