sábado, 20 de octubre de 2012

La casa de todos

De tanto que trabajo,
me cansé.
Ayer dejé de trabajar,
hoy revisé los frutos de mi trabajo.

La casa ya muy crecida,
se caía por las ventanas.
En la cocina no cabía el fregadero
y en el váter sobraba el televisor.

La mesa, recuerdo tenía cuatro patas,
ahora no cuento más de tres
 por más que las cuento, las patas,
del derecho y del revés.

Del pasillo quería hacer rincones,
y ya no hay pasillo...ni rincones.
Piqué con tanto brío, acabé con habitaciones,
sillones, colchones y algunos leones.

Quería hacer una casa acogedora,
Para unos y otros la entrada abierta,
ser anfitriona y no poseedora,
olvidé dejar un hueco para la puerta.

De tanto que trabajo, no recuerdo
¿Qué cosas pretendía hacer?


Ángel Rodríguez Fernández



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