sábado, 6 de octubre de 2012

Adolfadas II

Cuando por el uso abusivo del cilicio,
este deja de hacerme daño
¿Es ético donarlo a una ONG
para su práctica entre los mas necesitados?

Hoy me equivoqué y sonreí francamente
a mi enemigo, este, aturdido, me devolvió
la sonrisa. Mañana pienso volver a equivocarme.

Todos los días salgo de casa
dispuesto a comerme el mundo,
luego a lo sumo y con suerte
desayuno media tostada.

“Cuando pierde los estribos
no conoce ni a su padre”
Al apretarlos vuelve a su ser, equino
y galopa a golpe de espuela.

A veces uno se hastía
y maldice los movimientos
de la tierra, el de rotación
y sobre todo el de translación.

¿Cuantas veces se puede decir,
No, sin dejar de ser un amigo?
Y ¿Cuantas veces se puede decir,
Sí, para no dañar a un amigo?

¿Cual será nuestra banda sonora?
¿Que música acompaña nuestros
actos? Ya sólo espero que la fúnebre
marcha de mi entierro sea una rumba.

Adolfo Lisabesky

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