Sólo reconozco los caminos andados,
con frecuencia aparecen sendas fantasmas,
suelos a la espera de ser pisados.
Desprecio los consejos de los que no andan,
los que prefieren la sombra muerta
de la piedra, a la fresca brisa de una fiesta
marinera. En cambio, caminar, elegir
en un cruce de caminos la curva abierta
en lugar de andar la decidida recta
que nos muestra los mismos paisajes.
Olvidar los libros de viajes, perderse
en un mar sin memoria. Andar
para hacer caminos, caminos verdes.
Beber agua del río, zambullirse y nadar,
ver las estelas nacer y desvanecerse.
Dejar en un descuido del camino
las alforjas llenas de pesadas losas,
atajos tramposos, paraísos perdidos
y esas mentiras tan maravillosas.
Sin equipaje, andar caminos no conocidos.
Adolfo Lisabesky
No hay comentarios:
Publicar un comentario