jueves, 26 de abril de 2012

Temores


Teme el día de mi ausencia.
Lamenta los momentos perdidos
entre tú y yo. Estamos heridos
por la fugaz apariencia
de ese espíritu tímido
al que llaman amor.
Y no es sino el clamor
frenético de nuestro latido.

Teme las horas de desamparo
en las que atraviesas desiertos
en busca de los vientos
que traen de las nubes al cazado.
Créeme necesario y olvida
que hubo un día en tu vida
en el que yo sólo era sombra
y tu vida piedra para una honda.

Porque el día que descubras
la verdad, el día que midas
lo inútil de mis tímidas
caricias... me abandonarás.


Adolfo Lisabesky

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