martes, 24 de abril de 2012

El club de los suicidas.


A fuerza de defender la vida
me encontré un día
arrastrándome, dejando una guía
viscosa de baba blanca.
Era mas bien blanda...
y a las ratas les encanta.
Formé un grupo
de sensibles rudos
de amables tozudos.
Ni homicidas
ni liberticidas.
Locos suicidas.
No defenderemos la vida
de la alegría
ni de la valentía.
Seremos sensatos suicidas.
Anoche murió un miembro,
se mató, lo mató
su último, no.
Si hubiera dicho, sí,
ahora estaría vivo.
Pero fuera de este estricto
club. Él dijo No.
Y su hijo lo oyó.
...Su carnet heredó.
Ya es un suicida más,
Anoche le oí decir:
“¿Por qué sobrevivir
y no simplemente vivir?
¿Dónde vive el Hombre?
El último hombre,
Yo pregunto ¿Dónde?”

Adolfo Lisabesky

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