lunes, 3 de octubre de 2016

Tal como éramos

Poco antes de que los domingos fueran amargos, me gustaba esperarte bajo la lluvia, y luego reprochártelo. Lo nuestro duró tan poco, que el beso que nos dimos calló en espiral sobre mi pasado hasta el presente de mis sueños.

 


En todos mis despertares me oigo diciéndome, lo que tal vez  no te dije entonces, pero tú estás demasiado lejos para oír mis susurros, nos separan veinte años y un día.



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