martes, 15 de noviembre de 2011

Hablé de límites a un caballo.

No susurraba aunque tampoco gritaba,
estaban maravillosamente atentos,
sumaba métodos, a penas divagaba.
Ejercicios, dudas y muchos retos
afrontábamos, algunos dominamos,
otros ya lo haremos. Aunque lentos,
en un sendero ancho todos caminamos.
De repente, entre límite y límite,
el trote seguro, el andar dispuesto
de una yegua acercó sus orejas presto.
Las frescas hierbas en cada envite
saboreaba y dejaba del pasto el resto
para otra andanada. Entre el convite
algún límite de ideas lunáticas
reconocía. Está claro, esta yegua elije
de entre todas , las matemáticas.

Mañana esperaremos su visita.
Dejaré que nos hable, del pasto,
del rocío de la mañana, y harto
de trotes tomará silla en su visita.
Prepararé la más cómoda silla
compraré de entre todos el pasto
mas fresco. Pero no olvides yegua
mía, al segundo de bachillerato.



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