Hoy no es ayer sino mañana
y aunque tú tengas la onda
a mi ya me alcanzó la piedra.
De tus labios palabras y humo
en mis oídos señales de vida,
abajo alguien canta
abajo alguien llora,
siempre cantan y lloran los mismos.
Tengo balas en una recámara,
yo que quise ser poeta,
acabaré siendo pistolero.
Por lo demás, luce extrañas banderas
el aire.
venden viejos eslóganes los panaderos.
Ahora caigo, no temas, mis codos están a salvo,
mi cabeza con ese espíritu osco y terco
que tantas nubes me trajo,
sigue intacta, no temas,
no es mas que un refugio,
un albergue, donde ampararse
del acuerdo, de la voluntad de los otros.
En Almería el viento,
hace mella en el pensamiento
Adolfo Lisabesky
Un poema más efectivo que un Colt 45.
ResponderEliminarUn saludo, Ángel.
Gracias Rafael, a pesar de mis "poemas" y mis intermedios, tus comentarios son una bendición
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