lunes, 6 de julio de 2015

Dimito

Ya quisiera decirlo bien alto:

     " Dimito"

Pero no tengo nada por lo que dimitir.
Podría reunir a los pocos amigos
que aun toman a broma lo que digo,
hacerles partícipes de mi dimisión:

"Camaradas,en estos días
            de insulsa alegría,
                en estas horas
                de triste agonía,
es mas, en estos minutos,
de esperanzas rotas,
                        Dimito.

Dimite el hombre, el viejo
           y el niño,
dimito porque no he sabido ser
ni agua para tu sed,
ni pan para el camino,
ni ungüento para las heridas.

Dimite mi voz,
dimiten mis manos,
A la espera de una voz nueva,
de unas manos fuertes,
Dimito."

Pero para dimitir hay que ser
algo, o alguien,una secretaría,
                              ser tal vez
delegado de alguna viceconsejería.

Nada, no tengo nada que echar a mi dimisión,
nada que haga de mi un ser desprendido,
un político honrado,
un poeta hecho carne.

Ah sí, dimito, dejo el parnaso libre,
ya no seré uno de esos tantos
que escriben a hileras
y dicen ser poetas,
                              eso haré.

Reuniré los pocos camaradas
que aun toman a broma lo que digo,
y les comunicaré mi irrevocable dimisión:

"Amigos, que en noches estrelladas,
me hicisteis creer
  que mis frases entrecortadas,
no eran retailas sin sentido
sino etílicos poemas,
debo deciros algo importante,
Dimito, adiós poetas, adiós poesía"

No es gran cosa,
pero es la única dimisión
que me puedo permitir.







Adolfo Lisabesky (Costernado por la dimisión de Varufakis-Ministro Heleno de Economía)





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gusta