domingo, 8 de enero de 2012

Ladrones de Rosas

A diario cuidaba  las rosas del jardín,
agua, poda y cariño de poco en poco.
A diario cortadas. Creí volverme loco.
¿Quién robaba lo que cuidaba para tí?

Seguí el rastro de sólidas gotas
de sangre. Tras la última pesada
gota reconocí tus sandalias rotas.
Tú las robabas, tú las rescatabas.

Quitaré una a una las espinas
las pondré cerca del cercado
y las ocultaré de las vecinas.

Si así las quieres así las tendrás.
En ramos te las querría regalar,
lo que  tus manos vienen a cortar.


Adolfo Lisabesky

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