domingo, 15 de enero de 2012

Cuerpo sin alma

Reconozco mis manos al acariciar
tus senos. Mis labios son más sabios
al besarnos. Mis ojos al estudiar
tus curvas reviven mis delirios.

Yermo e inútil está mi cuerpo,
desierto, alma perdida, el sentido
olvidado y en la cueva que anido
húmeda rinconera donde miento.

Ilusiones para llegar a fin de miel,
prácticas armónicas, destino cruel.
Remedios para no saborear la hiel.

En franca retirada de uno mismo,
me escapo por calles escondidas,
de bruces tus ojos y mi optimismo.


Adolfo Lisabesky

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