sábado, 17 de septiembre de 2016

Gratuidad

Nada sale gratis,
ni respirar, ni acompañarte
al otro lado de la valla,
nada.

El esmalte de tus uñas
enredó mi corazón
y ahora mi alma copió tu color.

Nada sale gratis,
ni el consejo que te di,
cuando bailábamos medio borrachos.

De ti y de mi,
solo quedarán tus medias,
negras como el humo de mis rodillas.

Nada sale gratis,
ni siquiera estos versos,
que escribo bajo el influjo de esta 
                                     penumbra.

Adolfo Lisabesky
                        


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