El tiempo lo cura todo,
a mí me curó un orzuelo.
Ver el sol grande y redondo,
verlo en silencio y en duelo.
Dejo los días en blanco,
como algodones en los hospitales,
ungidos por las noches errantes,
ungidos por las noches errantes,
darán cuidado a mis males.
Aunque el alma conjugue hacer,
y mi cuerpo en retirada, pasar,
entre hacer y pasar prefiero olvidar.
Congelaré los días, haré hielo.
El tiempo lo cura todo.
A mí me curó un orzuelo.
Adolfo Lisabesky
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