martes, 29 de noviembre de 2016

Ramas podadas

Nace en mi el intenso deseo
de hacer de ti,
rama en mi cuerpo.
Como las hojas abiertas
que protejen el fruto,
quiero ser hoja y fruto,
para no equivocarme.

Quisiera dar una ultima bocanada
para que el aire sepa que vivimos,
bailar estenuado,
y en el último giro,
caer desnudo sobre tus pies.

Como sueño en colores,
mi siquiatra aumentó la dosis de lexatín,
como recito poemas,
en mis clases de matemáticas,
mi sombra huye de mi.

Ahora soy un leño sin sombra,
una habitación abierta a un solar,
donde las ratas se atiborran
              a turrón caducado.
La aurora que aun no terminó por amanecer.
Ese soy yo,
           te lo digo por si oyes de mi
palabras hermosas.

Aun me cuesta levantarme,
el frío invernal sopla
desde atrás del almanaque,
la ventana susurra canciones
   de historias silenciadas,
y tú, no eres ni la sombra
de la rama que un día
quise tener pegada a mi alma.

Adolfo Lisabesky




1 comentario:

  1. "y tú, no eres ni la sombra
    de la rama que un día
    quise tener pegada a mi alma"

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