Una vez en la vida podemos ser Reyes
y no poner rodilla en tierra
y en un gesto terco como una piedra
arrojar la yunta hecha para bueyes.
Durante un año tener un día fugaz
y en un temblor quitar razones o darlas.
Equivocarse, perder la razón sin sonrojarse
hacer de lo vivido lo sentido.
¿Es posible ser hombre mes tras mes?
una sola vez cada treinta días, alzar la voz:
No pasar la raya, no abandonarme.
¡Una sola vez al mes sentir este calor!
¿Y situar la frontera en la semana?
cada siete días, ni uno más, decir: ¡Basta!
sentir las uñas buscar mi propia piel,
vivir ese día con la ética en la sien.
Pongamos que es día a día,
ese periodo constante en mi vida,
cuando me alzo juez, duro juez
y me castigo inflexible y cruel.
Pero hacer de los minutos y segundos
público de mis aciertos, fallos y logros,
para no morir ni un instante, para ser fruto
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