Hoy mis manos fueron
acomodo
cuenco y soporte de tus lágrimas
caían y caían hasta tocar fondo.
No son mis manos especiales
no tienen el carácter del agricultor
ni la tensión de un pensador
ni la delicadez de un pintor
ni tienen las cicatrices de un pescador
no, no son mis manos especiales
en cambio tus lágrimas encontraron
cobijo entre mis dedos
y entre pliegues y falanges
fue escurriendo tu llanto.
Son mis manos cuencos vacíos,
estrafalarios asideros
donde hoy murieron tus lágrimas
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
Triste y hermoso a la vez tocayo, y es que la tristeza tiene ese lado bello, a pesar de reconocerse el dolor. Me gusta mucho lo de estrafalarios asideros para definir las manos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias amigo y tocayo. "Estrafalarios" me gusta cada vez que se la leo a León Felipe. Un abrazo grande
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