sábado, 9 de febrero de 2019

Desgarros cotidianos

Descansa, no corras, dijo el caminante:
"la ciudad es un cúmulo de sorbos"
Ya lo sabes, deja de atragantarte
                  con la leche de la mañana.

Es tanto lo de que preocuparse
que uno olvida lo de ayer
para no hacer lo de mañana.
Tienta el aire,
olvida el enfado del viento,
y deja respirar a tu piel.

Porque nací marinero,
las gaviotas del puerto,
tratan de picotear mis bolsillos.

No sé lo que te digo,
de tanto procastinar,
aplacé demasiado este poema
que nació muerto.

Adolfo Lisabesky




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