Me despertó el tostador
bajé de la mesa, me
levanté.
Abrí el armario y oriné
Freí unos huevos en el
fregador
calenté la leche en el
bidé.
No encontré las llaves
del patín,
pedaleé mi coche,¡Valiente
homicida!
En clase entré como un
misil,
un niño sostenía una
tiza,
me senté en el pupitre
del jardín.
Cansado de los días
iguales
me propuse hacer mañanas
en noches
remover los organizados
rituales,
escuchar poemas y leer
canciones.
Hacer de los cuartetos,
quintetos
de los tercetos, cuartetos
de los sonetos, bosquejos
y del poema un eccema.
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
Es necesario tocayo, ponerlo todo del revés, me ha gustado tu anárquico e imprevisible poema.
ResponderEliminarGracias tocayo, aunque sólo sea un trilero
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