Jesús que desde el madero,
cuentas los minutos sufridos
y recuerdas lo vivido,
ves el calvario entero.
¡Ay Jesús en un instante
de cordura, romanos,
judíos, gentiles, hermanos!
Humano y no Dios distante.
¡Ay Jesús vistes al hombre
de cerca, al pie de la cruz
tu túnica a trozos rompe
y se apaga tu tímida luz!
Y es a tí, frágil, desnudo,
al que cada primavera
le busco una escalera
para traerte al mundo.
Adolfo Lisabesky
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