Están mis alas mojadas,
el timido sol otoñal no las secará.
Doy torpes saltitos como un retoño
caido del nido, que pasará
sin volar todo el otoño.
Mis intentos de vuelo dan risa
vanos esfuerzos, torpes zancadas.
Rectos personajes secan mis esperanzas
“Los hombres no vuelan” me avisan.
Y me estiro, pero mis plumas, mojadas.
Ayer divise una cornisa,
será mi último intento
con mi último aliento
acariciare el viento
y arrancará mi risa.
Será una risa hermana
de tantas otras risas suicidas,
recuerdo al Quijote reír
y cabalgar contra los molinos.
Recuerdo a Cyrano reír
y luchar contra los compromisos.
Y al recordar en el cielo
mi estropicio en el suelo
serán mis versos sinceros.
Adolfo Lisabsky
Adolfo Lisabsky
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