lunes, 10 de febrero de 2014

Anna Boch

¿Qué viste en el viñedo, Anna?
¿El sol que regaba los campos de Arlés?
Cuatrocientos benditos francos,
a cambio un camino, viñedos y sol.

Te imagino, mirando el cuadro,
instantes antes de tenerlo para siempre.
La eternidad de unos viñedos.
Todos los pilgrim callados,
las espaldas torcidas,
y ese sol dejándose vencer,
sangra sobre un camino muerto.

Tu mirada Anna,
también cae sobre los viñedos,
sobre una casa anaranjada,
sobre el carro que hunde sus ruedas,
varado, lo reconocerán años después,
los amantes de lo evidente.
los inventores del fuego.

Adolfo Lisabesky





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