Basta de ecos, de
absurdas canciones,
de lobos cantando a la
luna,
de grillos con sonatas
nocturnas.
La voz primera, sentir
antiguas emociones.
Me acostumbré a escuchar
cuentos
y ahora no entiendo lo
real ¿Existe?
Teatro, cueva y sombras
tristes.
Nada más, me durmieron,
lo siento.
Morfeo y a sus pies mis
sueños
rodando hacia donde viven
los ecos
donde habitan seres
perfectos.
Debo alcanzar la punta de
esta soga
deshacer la madeja de
invenciones
saber de mí, atarme
fuerte a una roca.
Adolfo Lisabesky
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