No quieres Andalucía, andaluces
que te canten con la mano en el pecho,
cantos de tierras con cielos no azules.
Son tus paisajes amplios y no estrechos
senderos y tampoco son estrechas
las mentes de tus hijos, Andalucía.
No haré ni himno, ni oda, ni generoso
canto, sino en un soleado día
un humilde poema nace temeroso
de tus cantes, tus olores, tu campo.
Hoy que no es el día señalado,
hoy que libre estás en tus paisajes,
pero secuestrada en oficiales palacios,
siento la necesidad de contarte.
Del alma de tus gentes hablarte,
siglos de generosas acogidas
en donde las fronteras eran tímidas
expresiones de las formas armónicas
de tus gentes. Y aquí plantó
su árbol el creyente y el descreído.
Tu espíritu nace mas allá de
escrituras
que llaman sagradas y en tu corazón,
lo sagrado es lo humano,
humana es la pereza y el trabajo
la ayuda, el pan y el descanso
y esa mano tendida que solo cae
ante la mirada aviesa y el negro
corazón.
Hoy mi poema rueda humilde
Hoy mi poema rueda humilde
por tus campos, Andalucía.
Adolfo Lisabesky
Poema para no ser leido el día de Andalucía.
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