Reconozco mis manos al acariciar
tus senos. Mis labios son más sabios
al besarnos. Mis ojos al estudiar
tus curvas reviven mis delirios.
Yermo e inútil está mi cuerpo,
desierto, alma perdida, el sentido
olvidado y en la cueva que anido
húmeda rinconera donde miento.
Ilusiones para llegar a fin de miel,
prácticas armónicas, destino cruel.
Remedios para no saborear la hiel.
En franca retirada de uno mismo,
me escapo por calles escondidas,
de bruces tus ojos y mi optimismo.
tus senos. Mis labios son más sabios
al besarnos. Mis ojos al estudiar
tus curvas reviven mis delirios.
Yermo e inútil está mi cuerpo,
desierto, alma perdida, el sentido
olvidado y en la cueva que anido
húmeda rinconera donde miento.
Ilusiones para llegar a fin de miel,
prácticas armónicas, destino cruel.
Remedios para no saborear la hiel.
En franca retirada de uno mismo,
me escapo por calles escondidas,
de bruces tus ojos y mi optimismo.
Adolfo Lisabesky
No hay comentarios:
Publicar un comentario