El soldado hace sonar su trompeta.
El regimiento que lo escucha
deja el silencio de su ducha
por los gritos de un sargento esteta.
Dispara el batallón derecho,
responde el batallón izquierdo
y como los gritos de un cerdo
las balas cruzan el techo.
La muerte recorre los pasillos,
pronto estaremos en un duelo
mientras corre corre que te pillo.
Ya terminó la batalla
ahora empieza la guerra
Adolfo Lissabesky
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