Me quieren tapar la boca con dinero,
y no se si quieren que lo escupa
o quieren que lo trague con deseo.
En esto, el poderoso su tiempo ocupa.
Cuando un mensaje llega a mis manos,
dentro de una botella, en cómodo
engranaje,
observo el envase, la calidad del
acristalado,
si es de mi gusto, leo entonces el
mensaje.
Entre la calidad y la cantidad, la
calidad.
Inmersos por inmensas marcas
higiénicas,
de ese papel que limpia la adversidad,
me decanto por la sensibilidad
ecléctica.
Muerto Rocinante, no hay caballero
andante,
es tan ancha La Mancha, que sin caballo
no vale la pena deshacer entuertos.
Sentado en un bar de plaza antigua,
descanso.
Se me cae el alma a trozos
cuando por mi boca muere un amigo.
Enfermaría mi cuerpo de apatía
si de mi boca nacieran cantos florales
Le vale al poeta su vida poética
si en un verso, triste verso
consigue desflorar su alma,
es por eso que mi retiro tarda.
Ayer salí a la calle y no encontré mi
coche
asustado recorrí los pasos dados,
Me encontraba sólo y sin coche,
olvidé mis pies y la luna sobre la
noche
“Por una mirada un mundo”
en cambio hay miradas que matan.
A mí más que ruines mundos
quiero morir por ojos que se clavan.
Adolfo Lisabesky