Caricias en un viento ajeno
a tu voluntad,
tenue luz de invierno
en tus ojos con rotundidad.
Esas son
mis conversaciones de ascensor.
La llave aun sigue en el fondo
del inmenso Mar,
para encontrarla me escondo,
aprendí con el tiempo a nadar.
Solo humedad
deseos, y mas edad.
De cuando miraba
el fondo de tus recuerdos,
guardo tu mirada,
la piedras de nuestros sueños,
y un dolor grave
que nadie sabe.
Llantos, sobre las risas,
en medio de las ciudades, llantos,
llantos que atropellan a otros llantos.
Desde un llanto te vi cantar,
una amarga canción
de emoción y llanto.
Los peces odian las peceras,
lo sé, vivo en una
con un coral de plástico,
todos me miran,
y yo...les aguanto la mirada.
Recoje tu suave manta invernal,
en aquella maleta sin estrenar
mete recuerdos olvidados
regalos que nunca abriste
y algo de vida para el camino.
entonces camina,
sigue la senda del poeta loco.
¿De que se compone una caricia?
tal vez de un ladrillo de aquel refugio
de alta montaña,
el oasis, palmera y manantial,
en el desierto donde nos encontramos,
la dulce asesina de la soledad,
y la sonrisa amable donde descansar.
Adolfo Lisabesky
Dicen los expertos que es conveniente escribir para conocerse. Las fotos nos revelan cicatrices con las que no contamos. Un megáfono nos ayuda a mejorar nuestra dicción. Escribir y releerse nos ayuda a alejar determinados fantasmas.
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sábado, 27 de febrero de 2016
miércoles, 17 de febrero de 2016
Asalta el llanto
Recuerdas tus llantos
y cristalizan mis ojos.
El agua arrastra la ojarasca,
tus rios, son mares en la distancia
El Juez al oirte, sangró,
como sangra el aire,
en estos dias de invierno,
la murmurante sala, enmudeció,
mis monosilabos no dijeron mucho
y entre tanto silencio,
la belleza caminó sola.
... Como casi siempre,
como las serenatas nocturnas,
como ruedan los enamorados
ladera abajo.
El levante nace bajo tus senos,
y aunque lo sabes,
me gusta tanto recordártelo.
¡Albufera silencia a la pólvora,
al niño, a los gritos mudos del corazón!
Quiero congelar mis versos,
para cuando pueda recitarlos,
bajo una ventana,
en la esquina de los desencuentros,
en el solar de los enamorados,
donde el sol
ceda algún rayo donde consumir
nuestros deseos.
Hoy mis versos lloran junto a ti.
Adolfo Lisabesky
y cristalizan mis ojos.
El agua arrastra la ojarasca,
tus rios, son mares en la distancia
El Juez al oirte, sangró,
como sangra el aire,
en estos dias de invierno,
la murmurante sala, enmudeció,
mis monosilabos no dijeron mucho
y entre tanto silencio,
la belleza caminó sola.
... Como casi siempre,
como las serenatas nocturnas,
como ruedan los enamorados
ladera abajo.
El levante nace bajo tus senos,
y aunque lo sabes,
me gusta tanto recordártelo.
¡Albufera silencia a la pólvora,
al niño, a los gritos mudos del corazón!
Quiero congelar mis versos,
para cuando pueda recitarlos,
bajo una ventana,
en la esquina de los desencuentros,
en el solar de los enamorados,
donde el sol
ceda algún rayo donde consumir
nuestros deseos.
Adolfo Lisabesky
domingo, 14 de febrero de 2016
Palabras y humo
Hoy no es ayer sino mañana
y aunque tú tengas la onda
a mi ya me alcanzó la piedra.
De tus labios palabras y humo
en mis oídos señales de vida,
abajo alguien canta
abajo alguien llora,
siempre cantan y lloran los mismos.
Tengo balas en una recámara,
yo que quise ser poeta,
acabaré siendo pistolero.
Por lo demás, luce extrañas banderas
el aire.
venden viejos eslóganes los panaderos.
Ahora caigo, no temas, mis codos están a salvo,
mi cabeza con ese espíritu osco y terco
que tantas nubes me trajo,
sigue intacta, no temas,
no es mas que un refugio,
un albergue, donde ampararse
del acuerdo, de la voluntad de los otros.
En Almería el viento,
hace mella en el pensamiento
Adolfo Lisabesky
y aunque tú tengas la onda
a mi ya me alcanzó la piedra.
De tus labios palabras y humo
en mis oídos señales de vida,
abajo alguien canta
abajo alguien llora,
siempre cantan y lloran los mismos.
Tengo balas en una recámara,
yo que quise ser poeta,
acabaré siendo pistolero.
Por lo demás, luce extrañas banderas
el aire.
venden viejos eslóganes los panaderos.
Ahora caigo, no temas, mis codos están a salvo,
mi cabeza con ese espíritu osco y terco
que tantas nubes me trajo,
sigue intacta, no temas,
no es mas que un refugio,
un albergue, donde ampararse
del acuerdo, de la voluntad de los otros.
En Almería el viento,
hace mella en el pensamiento
Adolfo Lisabesky
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