¿Qué vas hacer Jean?
Ni se te ocurra coger los pinceles,
ese atardecer ya lo pintó un Renoir.
Tal vez en ese bote, amenazado
por el taciturno sol, estabas tú.
Zozobra, mar y óleos.
Preferiste la gran guerra
al gran estudio paterno.
¿Qué vas hacer Jean?
Ahora que vuelves a casa,
y la mano temblorosa de tu padre
sigue siendo tan fecunda,
que pinta en cada grito de dolor
su ultima gran obra.
Pero en ti los pinceles
no tuvieron cobijo.
¿Podrás algún día dibujar
el cielo en el mar?
Abandona la idea,
este mar de Padre, es de muy señor mio.
en él se pone el sol, y también la vida.
el bote es nuestra única esperanza.
Eso es, busca un bote donde subirte,
donde las imagenes no estén secuestradas
por aceites, óleos y pinceles.
Algo has visto a la vuelta del infierno
en un sala parisina.
Adolfo Lisabesky
Dicen los expertos que es conveniente escribir para conocerse. Las fotos nos revelan cicatrices con las que no contamos. Un megáfono nos ayuda a mejorar nuestra dicción. Escribir y releerse nos ayuda a alejar determinados fantasmas.
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lunes, 29 de diciembre de 2014
martes, 23 de diciembre de 2014
Silencio
¡Quiero el silencio maestro!
Que se oiga el latido de una mosca.
Que se oiga el latido de una mosca.
Ah ¿Qué las moscas no tiene
corazón?
Yo las he visto amar
Yo las he visto amar
en medio de los tedios estivales,
celebrando su amor
por encima de nuestras
celebraciones.
¡Qué se calle todo el mundo!
¡Qué se calle todo el mundo!
Para empezar a oír al mundo latir.
¿Cómo?¿Qué el mundo no late?
Pues llevarme a la luna,
hace tanto tiempo que el Apolo
abandonó su Luna.
Llevarme medio muerto,
Llevarme medio muerto,
dejar que unos gusanos lunáticos
consuman alegres mi cuerpo.
¡Qué no se oiga un alma!
Ah ¿Qué las almas no hablan?
Y esa voz que retumba en mi cabeza:
Camina, camina, camina,
Navega, navega, navega.
¿Qué es,
Ah ¿Qué las almas no hablan?
Y esa voz que retumba en mi cabeza:
Camina, camina, camina,
Navega, navega, navega.
¿Qué es,
el eco del primer caminante,
los llantos del último navegante?
¡Dejen de gritar los mercaderes!
Ah, claro estos sí que hablan, gritan.
Venden su mercancía
a los pobres su pobre pan
a los ricos su caviar.
Pues que se vayan del templo,
Pues que se vayan del templo,
que callen,
que compren con lo ganado,
su futuro y dejen las plazas vacías.
Pareciera que el silencio
se hubiera escondido en nuestros días.
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
sábado, 20 de diciembre de 2014
Rincones
Los rincones en una casa llena de hermanos,
se oyen los ecos de la vida, la sal de la comida,
proyectos anticipos de una vida futura.
Los rincones del colegio, oasis de libertad,
patio, amigo, confidencia y cantina.
Rincones, habitáculos donde vive mi soledad.
Nuestro rincón en donde soportamos
el asedio terrible de los que arañaban
nuestra complicidad.
El rincón de los que no tenían rincón,
amontonados en el rincón no elegido.
Soleados rincones, oscuros, sombríos, alegres,
desterrados, apartados, pertrechados de pelota,
humo, cigarrillo, copa, libro, apuntes, espadas, hilo,
mascara, pasillo, colores, laminas, cuartillas...
Rincones de verano, de navidad, de fin de semana,
rincones que no tienen dirección ni palabra,
que los habitan los enamorados, los olvidados,
y los que no dejaron la infancia en la puerta de un colegio.
Y ahora que no sé cual es mi rincón,
que escapé de todos los rincones,
tengo frío, acecha la melancolía
que hace de mis antiguos rincones
Paraísos terrenales.
Adolfo Lisabesky
se oyen los ecos de la vida, la sal de la comida,
proyectos anticipos de una vida futura.
Los rincones del colegio, oasis de libertad,
patio, amigo, confidencia y cantina.
Rincones, habitáculos donde vive mi soledad.
Nuestro rincón en donde soportamos
el asedio terrible de los que arañaban
nuestra complicidad.
El rincón de los que no tenían rincón,
amontonados en el rincón no elegido.
Soleados rincones, oscuros, sombríos, alegres,
desterrados, apartados, pertrechados de pelota,
humo, cigarrillo, copa, libro, apuntes, espadas, hilo,
mascara, pasillo, colores, laminas, cuartillas...
Rincones de verano, de navidad, de fin de semana,
rincones que no tienen dirección ni palabra,
que los habitan los enamorados, los olvidados,
y los que no dejaron la infancia en la puerta de un colegio.
Y ahora que no sé cual es mi rincón,
que escapé de todos los rincones,
tengo frío, acecha la melancolía
que hace de mis antiguos rincones
Paraísos terrenales.
Adolfo Lisabesky
sábado, 13 de diciembre de 2014
Las siete y media en Almería
A estas horas la ciudad es solo un proyecto
el rocío un manto de agua para su nacimiento.
En algunos bares una tímida luz
espera el momento en que la ciudad despierte.
Pero yo ya desperté hace tanto tiempo,
no tengo cuento para mi sueño,
no tengo pesadillas para mis vidas,
solo tengo dudas,
envueltas en una frágil seguridad:
El destino es un ser voluble,
entregado al mejor postor.
Adolfo Lisabesky
el rocío un manto de agua para su nacimiento.
En algunos bares una tímida luz
espera el momento en que la ciudad despierte.
Pero yo ya desperté hace tanto tiempo,
no tengo cuento para mi sueño,
no tengo pesadillas para mis vidas,
solo tengo dudas,
envueltas en una frágil seguridad:
El destino es un ser voluble,
entregado al mejor postor.
Adolfo Lisabesky
jueves, 11 de diciembre de 2014
Oigo trotar a un toro
Un toro negro mal encarado
anda buscando mi trasero.
siento su turbio anhelo ,
el helor frio de su rostro,
los pasos dados tras los míos.
Pero cuando sus ansiosas astas
tratan de alcanzarme
detengo mis días,
los minutos desaparecen,
el toro, hermano del de guisando,
medio piedra,
medio sueño,
media vida,
se esfuma con el humo de sus
resoplidos.
Y respiro, tras mis jadeos,
la sonrisa idiota del que piensa,
que ha sobrevivido a San Fermín.
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
domingo, 7 de diciembre de 2014
Tardus Mérula
La reista Mirlo ha editado una antología poética en la que- no sé
porque- incluye un poema plástico de Adolfo lisabesky. Cuesta 12 Euros, y
este es el poema

Enlace del poemario
http://revistamirlo.wordpress.com/2014/12/04/turdus-merula-antologia-poetica/
sábado, 6 de diciembre de 2014
Se me olvidó
Cuando alguien ha querido
deseado,
amado,
necesitado,
a otro alguien,
con cierta irregularidad
saltan los pequeños duendes
del recuerdo,
se suceden entonces
como en una película en blanco y negro
imágenes,conciertos, playas,
bibliotecas, discotecas, bares, cines
de verano.
No se conforman estos duendes
No se conforman estos duendes
con el sabor agridulce de la nostalgia,
cantan en la hoguera del olvido
hasta hacerlo desaparecer.
En su lugar el piano de Bebo Valdés
y la voz de Diego “El Cigala”:
“Se me olvido que te olvidé”
“Se me olvido que te olvidé”
Adolfo Lisabesky
martes, 2 de diciembre de 2014
Perdón
No sé hacer las cosas peor,
ojalá supiera,
ojalá pudiera,
pero no sé, ni siquiera mejor.
No sé, no sé, no sé.
Me escudo tras los arboles alcanzados,
son toda mi vestimenta,
nada más tengo,
¡No me la arranquéis!
Dejad los mordiscos para otra pieza,
mi carne está tan dura.
Pero es sólo mi carne,
mi alma no camina sino vuela,
mi mirada es en mi generosa,
no debiera serlo tanto.
Perdonarme, caminantes
no sabría caminar grácilmente
mi andar es una torpe secuencia
de pasos mal dados.
A veces me caigo,
cuando camino me acuerdo
de mi estampa en el suelo,
de un cuerpo inútil, yerto.
Pero mi inconsciencia sigue camino
creo que lo hace sin otro motivo
que encontrar otro árbol
donde volver a trepar.
Adolfo Liabesky
ojalá supiera,
ojalá pudiera,
pero no sé, ni siquiera mejor.
No sé, no sé, no sé.
Me escudo tras los arboles alcanzados,
son toda mi vestimenta,
nada más tengo,
¡No me la arranquéis!
Dejad los mordiscos para otra pieza,
mi carne está tan dura.
Pero es sólo mi carne,
mi alma no camina sino vuela,
mi mirada es en mi generosa,
no debiera serlo tanto.
Perdonarme, caminantes
no sabría caminar grácilmente
mi andar es una torpe secuencia
de pasos mal dados.
A veces me caigo,
cuando camino me acuerdo
de mi estampa en el suelo,
de un cuerpo inútil, yerto.
Pero mi inconsciencia sigue camino
creo que lo hace sin otro motivo
que encontrar otro árbol
donde volver a trepar.
Adolfo Liabesky
jueves, 27 de noviembre de 2014
Cuatro de Diciembre
Compañeros, camaradas, poetas
todos:
llegará el cuatro de Diciembre
llegará el cuatro de Diciembre
y nos habrá pillado, sin remedio, el
toro,
un toro de un laberinto
cretense.
Heridos de vida, muertos de risa,
Heridos de vida, muertos de risa,
habremos vencido a la prisa,
revuelto el encanto del desencanto,
caminaremos el pantano de la alegría.
Nos veremos pasar, haciendo caminos,
miraremos el mar, compañera de viaje,
romperemos finales, desharemos
destinos.
Sea cual sea la victoria que nos
espera,
miraremos sus ojos, llenos de vida,
seguiremos camino, pisando la tierra.
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
sábado, 15 de noviembre de 2014
El destino
Pregunté al sol por mi destino
me dijo que bastante hacia
iluminando mi alma.
Me esperé a la noche
a una luna crecida
le pregunté por mi destino.
Las estrellas gritaban:
¡No está, ha salido!
Paseé por una ciudad abandonada,
¡No está, ha salido!
Paseé por una ciudad abandonada,
busque mi destino
en lugares de alterne
en las iglesias cerradas
en los bancos del parque,
pero sólo encontraba,
Prostitutas muy creyentes
sacerdotes tremendamente pecadores,
botes de vino medio vacíos
Un mendigo me leyó mi destino
en uno de esos botes de vino barato,
me miró tan fijamente
como se puede mirar
evitando caer los tozudos
párpados
alcohólicos.
“Tu destino es el del hombre sin
alas,
volverás a la tierra, te abrazará el
mar
y vivirás eternamente aplazado”
Aquel bote de “Don Simón”
Aquel bote de “Don Simón”
había hablado
sólo quedaba dormir,
volver a casa y dormir resignado.
Adolfo Lisabesky
lunes, 3 de noviembre de 2014
Pequeños detalles
El color de una sonrisa
en medio de los grises resaltos
en las ciudades.
La mirada perdida en una ventana,
una postal escrita pero no enviada,
una carta que se abre cada cuatro años.
El beso que con sabor a tabaco
dimos en un portal deshabitado
y que pronto quedó huérfano y
desahuciado.
El olor de las tartas
olvidadas en la patria
de la infancia.
Las carreras por los pasillos
en busca de sorpresas en los bolsillos.
El bautismo de la Muerte en mi vida.
Los jardines mal recortados,
expuesto a la tortura de unos niños.
La reincidente insistencia en la vida
la risa, el camino, el cielo y el mar.
Los domingos olvidando iglesias,
los lunes olvidando los colegios,
los sábados huyendo de los estadios.
Un televisor que no se ve,
una radio que no se oye
y unos periódicos
donde envolvía mi desayuno.
Son detalles, detalles que incrustados
en el alma
forman los cuerpos, aranceles de la
propia vida
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
sábado, 1 de noviembre de 2014
Carencias
Son los ojos fugas del alma
los tuyos no iban a ser menos,
destello inquieto del alba en la mañana,
sombría penumbra taciturna,
rocio, eco de la mar enamorada.
En ellos avisto mi futuro,
en su momento alojaron mi presente,
en ese empeño tuyo
de echarte la mar a tus espaldas
para navegar a contracorriente.
Asaltan el día con su mañana,
merodean la noche con su misterio
llevan a cuestas mi esperanza,
tu destino y los amores sin remedio.
Pero a veces me miras con tus párpados,
que intentan ocultar la pasion, el odio
o el desencanto.
Y gritan tus ojos desde la profundidad
de su cautiverio.
Adolfo Lisabesky
los tuyos no iban a ser menos,
destello inquieto del alba en la mañana,
sombría penumbra taciturna,
rocio, eco de la mar enamorada.
En ellos avisto mi futuro,
en su momento alojaron mi presente,
en ese empeño tuyo
de echarte la mar a tus espaldas
para navegar a contracorriente.
Asaltan el día con su mañana,
merodean la noche con su misterio
llevan a cuestas mi esperanza,
tu destino y los amores sin remedio.
Pero a veces me miras con tus párpados,
que intentan ocultar la pasion, el odio
o el desencanto.
Y gritan tus ojos desde la profundidad
de su cautiverio.
Adolfo Lisabesky
jueves, 30 de octubre de 2014
Despierto y amanezco
Camino aunque tropiezo.
Tropiezo a pesar de estar alerta,
Estoy alerta y me fatigo,
mi fatiga me despierta,
Despierto Y amanezco.
Adolfo Lisabesky
Tropiezo a pesar de estar alerta,
Estoy alerta y me fatigo,
mi fatiga me despierta,
Despierto Y amanezco.
Adolfo Lisabesky
domingo, 26 de octubre de 2014
Los mares del sureste
Siempre he buscado el mar,
y en cambio ¡Soy tan mal marinero!
Aprendí poco a poco
en un mar de "a poco a poco",
unas olas enanas fueron mis instructoras,
el pequeño bamboleo
y el sabor salado de su cuerpo
los pequeños obstáculos a vencer.
Cuando acabó el mar,
las cristaleras de la catedral,
las calles plateras,
que parecen acabar en el puerto de la niñez,
fueron el promontorio de mi desahucio.
Pero no era lo mismo,
el mar estaba lejos, muy lejos.
Rompí las cristaleras de mi juventud
y me alojé en tus ojos,
en este mar, hermano mayor
del de mi infancia.
En el confío el nacimiento de mis branquias,
que me permitan ver los fondos marinos
de una playa anclada en el desierto.
Adolfo Lisabesky
y en cambio ¡Soy tan mal marinero!
Aprendí poco a poco
en un mar de "a poco a poco",
unas olas enanas fueron mis instructoras,
el pequeño bamboleo
y el sabor salado de su cuerpo
los pequeños obstáculos a vencer.
Cuando acabó el mar,
las cristaleras de la catedral,
las calles plateras,
que parecen acabar en el puerto de la niñez,
fueron el promontorio de mi desahucio.
Pero no era lo mismo,
el mar estaba lejos, muy lejos.
Rompí las cristaleras de mi juventud
y me alojé en tus ojos,
en este mar, hermano mayor
del de mi infancia.
En el confío el nacimiento de mis branquias,
que me permitan ver los fondos marinos
de una playa anclada en el desierto.
Adolfo Lisabesky
martes, 21 de octubre de 2014
Sinsentidos
Veo mi orilla pasar a la otra orilla
solo, totalmente solo,
a este lado del río
donde las piedras me hacen compañía.
Oigo a las aves
comprometerse con las nubes
y estas ensimismadas no llueven,
millares de agricultores
claman el ocaso del amor
en tumultuosa rebeldía.
Huelo a los suicidas
buscar una muerte hermosa
en una carta manuscrita
se despiden del mar, de la madre
de la vida.
Toco con las yemas de mis manos
el viento,
desanimado, cadencioso,
no parece de Almería.
Adolfo Lisabesky
solo, totalmente solo,
a este lado del río
donde las piedras me hacen compañía.
Oigo a las aves
comprometerse con las nubes
y estas ensimismadas no llueven,
millares de agricultores
claman el ocaso del amor
en tumultuosa rebeldía.
Huelo a los suicidas
buscar una muerte hermosa
en una carta manuscrita
se despiden del mar, de la madre
de la vida.
Toco con las yemas de mis manos
el viento,
desanimado, cadencioso,
no parece de Almería.
Adolfo Lisabesky
martes, 14 de octubre de 2014
Cuartilla, pensamiento y verso
Cuartillas en blanco,
pensamientos atormentados,
versos abortados.
Pensamientos en blanco,
cuartillas arrancadas,
versos aplazados.
Versos en blanco,
pensamientos atropellados,
cuartillas esparcidas.
Adolfo Lisabesky
pensamientos atormentados,
versos abortados.
Pensamientos en blanco,
cuartillas arrancadas,
versos aplazados.
Versos en blanco,
pensamientos atropellados,
cuartillas esparcidas.
Adolfo Lisabesky
viernes, 10 de octubre de 2014
Y todo rueda...apresurado
A pesar de las flores
que en el jardín lloran y ruedan,
de los besos que se amagan
y no se dan,
del inútil comercio
que en un mercado en silencio
se desploma a los pies de los pescaderos.
A pesar de nada,
se compran las rosas
que se marchitan en un amanecer postrero,
se venden los besos
que glosan unos ingenuos versos,
gritan los puestos
en coro, dispuestos:
¡Fresco, fresco,
que el pescado está fresco!
Será lo único fresco
en los días de caldo recalentado.
Adolfo Lisabesky
que en el jardín lloran y ruedan,
de los besos que se amagan
y no se dan,
del inútil comercio
que en un mercado en silencio
se desploma a los pies de los pescaderos.
A pesar de nada,
se compran las rosas
que se marchitan en un amanecer postrero,
se venden los besos
que glosan unos ingenuos versos,
gritan los puestos
en coro, dispuestos:
¡Fresco, fresco,
que el pescado está fresco!
Será lo único fresco
en los días de caldo recalentado.
Adolfo Lisabesky
sábado, 4 de octubre de 2014
Otoño
¿A quién tengo que convencer?
¿De qué me tengo que convencer?
Una puesta de sol,
es sólo una puesta de sol,
y el ocaso sólo una palabra.
Luego aparecen las palabras,
alma, vida, amor y muerte,
una por una lo son todo.
Juntas...son tan poca cosa.
El sol ilumina el alma,
que hace de la vida
un lugar digno de visitar,
donde el amor a lo grande
y la muerte de las pequeñas cosas
acaban con el tedio de los días otoñales.
El otoño, donde muere el verano
donde el mar se enfría
abandonado por el sol,
donde empiezo a sentir
que el amor y la muerte
no son más que piezas disjuntas
del enigmático puzzle de la vida.
Adolfo Lisabesky
¿De qué me tengo que convencer?
Una puesta de sol,
es sólo una puesta de sol,
y el ocaso sólo una palabra.
Luego aparecen las palabras,
alma, vida, amor y muerte,
una por una lo son todo.
Juntas...son tan poca cosa.
El sol ilumina el alma,
que hace de la vida
un lugar digno de visitar,
donde el amor a lo grande
y la muerte de las pequeñas cosas
acaban con el tedio de los días otoñales.
El otoño, donde muere el verano
donde el mar se enfría
abandonado por el sol,
donde empiezo a sentir
que el amor y la muerte
no son más que piezas disjuntas
del enigmático puzzle de la vida.
Adolfo Lisabesky
lunes, 29 de septiembre de 2014
Luces, cielos y voces
En la última luz
me iluminé en tu cielo.
En el último cielo
me reconocí en tu voz.
Y en tu última voz
me descubrí desnudo.
Adolfo Lisabesky
viernes, 19 de septiembre de 2014
Llantos
Que mal soporto el llanto,
esa expresión copiosa
a medio camino del desamparo
y la derrota.
Y lloran los soberbios
cuando en un suspiro
observan su orgullo herido
Y lloran las soledades,
en el desierto tumultuoso
de las ciudades.
Y lloran los enamorados
racimos de flores
negras, del negro del desamor.
Y lloran los estudiantes,
que tras una mirada a unos paneles rotos
se descubren desnudos, sin viña ni hogar.
Y llora el pobre
porque no tiene pan,
a poco le sabe la risa del rico.
Y lloran los niños
cuando el dolor
los retira de los juegos infantiles.
Y yo lloro y muero
en un llanto solidario.
Adolfo lisabesky
esa expresión copiosa
a medio camino del desamparo
y la derrota.
Y lloran los soberbios
cuando en un suspiro
observan su orgullo herido
Y lloran las soledades,
en el desierto tumultuoso
de las ciudades.
Y lloran los enamorados
racimos de flores
negras, del negro del desamor.
Y lloran los estudiantes,
que tras una mirada a unos paneles rotos
se descubren desnudos, sin viña ni hogar.
Y llora el pobre
porque no tiene pan,
a poco le sabe la risa del rico.
Y lloran los niños
cuando el dolor
los retira de los juegos infantiles.
Y yo lloro y muero
en un llanto solidario.
Adolfo lisabesky
sábado, 13 de septiembre de 2014
Patrias
Quisiera escribir como un niño,
que al leerme bajo una otoñal
puesta de sol, dijera:
"¡Qué cosas la niñez!"
A veces lo consigo,
a veces cuando escribo
leo los ingenuos gritos
de un niño herido.
Distorsionados, confusos,
impresionados, delirantes,
emocionados, difusos.
Me repongo y de repente
cumplo mil años,
ya no piso la hierba,
ni volteo una peonza.
Camino sesudamente, arrastro mi pasado
soporto mi presente y piso mi futuro.
Me hará falta escribir como un niño,
pensar las cosas que piensa un niño,
mirar por los ojos sorprendidos de un niño,
y sobre todo jugar, jugar como juegan los niños,
como si no hubiera un mañana.
Para no desentonar,
a pesar de mis canas,
de mis serios propósitos,
de mis falsas pinturas de payaso,
me pondré de vuelta el alma infantil,
espero que mi insoportable madurez
no la descosa.
Adolfo Lisabesky
que al leerme bajo una otoñal
puesta de sol, dijera:
"¡Qué cosas la niñez!"
A veces lo consigo,
a veces cuando escribo
leo los ingenuos gritos
de un niño herido.
Distorsionados, confusos,
impresionados, delirantes,
emocionados, difusos.
Me repongo y de repente
cumplo mil años,
ya no piso la hierba,
ni volteo una peonza.
Camino sesudamente, arrastro mi pasado
soporto mi presente y piso mi futuro.
Me hará falta escribir como un niño,
pensar las cosas que piensa un niño,
mirar por los ojos sorprendidos de un niño,
y sobre todo jugar, jugar como juegan los niños,
como si no hubiera un mañana.
Para no desentonar,
a pesar de mis canas,
de mis serios propósitos,
de mis falsas pinturas de payaso,
me pondré de vuelta el alma infantil,
espero que mi insoportable madurez
no la descosa.
Adolfo Lisabesky
viernes, 5 de septiembre de 2014
Tercera viñeta
Y aparece el miedo,
a la vida que espera que mates
a la muerte que espera tu vida.
Nada alivia el aliento frio de la muerte
Nada alivia el aliento frio de la muerte
Poemar por poemar
El negro balanceado en Missisipi
incomprendía las premisas del Ku Kux Klan,
sólo escuchaba a los carroñeros picotear sus ojos,
solo el leve suelo despegado de sus pies.
Olfateaba el gas letal el Judío
sin tener claro que su inmolación
fuera una final solución,
sólo la espectral visión
de los famélicos cuerpos desnudos
sólo la muerte como compañera
en los trenes saturados de vida
Muere un niño en Gaza,
desconoce porque es preso
de una macabra aritmética.
Sólo ruinas sobre su ruinosa escuela
Y yo muero en cada tertulia
me sorprendo haciendo literatura
de muerte.
Tozudo fanático de la inútil dialéctica.
Adolfo Lisabesky
incomprendía las premisas del Ku Kux Klan,
sólo escuchaba a los carroñeros picotear sus ojos,
solo el leve suelo despegado de sus pies.
Olfateaba el gas letal el Judío
sin tener claro que su inmolación
fuera una final solución,
sólo la espectral visión
de los famélicos cuerpos desnudos
sólo la muerte como compañera
en los trenes saturados de vida
Muere un niño en Gaza,
desconoce porque es preso
de una macabra aritmética.
Sólo ruinas sobre su ruinosa escuela
Y yo muero en cada tertulia
me sorprendo haciendo literatura
de muerte.
Tozudo fanático de la inútil dialéctica.
Adolfo Lisabesky
miércoles, 3 de septiembre de 2014
Segunda viñeta
los mercados son sus cunas improvisadas,
los barrios donde habitan los inocentes
convertidos en residencia de la muerte
Primera viñeta
De repente el sonido de una trompeta
el regimiento que la escucha
dejan el silencio de su ducha
por los gritos de un sargento esteta.
el regimiento que la escucha
dejan el silencio de su ducha
por los gritos de un sargento esteta.
martes, 2 de septiembre de 2014
La circustancia de la poesía
Uno, puede escribir poesía,
aunque no disponga
de cuartilla, hoja, papel,
lápiz, bolígrafo o estilográfica.
Uno, puede escribir poesía,
aunque no disponga,
de alguno de los artilugios
de la era digital,
tablet, ordenador, smartphone.
Uno, puede escribir poesía
en una nube.
Dibujar versos en la comisura
de la boca amada.
Incluso hacer poesía circense
en la cuerda floja,
mientras la vida sopla bocanadas
de realidad.
En cambio, uno no puede hacer poesía
si encierra en un baúl oxidado
los siete disfraces de carnaval.
Adolfo Lisabesky
aunque no disponga
de cuartilla, hoja, papel,
lápiz, bolígrafo o estilográfica.
Uno, puede escribir poesía,
aunque no disponga,
de alguno de los artilugios
de la era digital,
tablet, ordenador, smartphone.
Uno, puede escribir poesía
en una nube.
Dibujar versos en la comisura
de la boca amada.
Incluso hacer poesía circense
en la cuerda floja,
mientras la vida sopla bocanadas
de realidad.
En cambio, uno no puede hacer poesía
si encierra en un baúl oxidado
los siete disfraces de carnaval.
Adolfo Lisabesky
martes, 26 de agosto de 2014
Miedos
Me avergüenzan mis miedos,
terroríficas estacas que penetran
mi alma.
Se instalaron una tarde de presiones contenidas
para no abandonarme el resto de mis días.
¿Qué queréis de mi?
¿Qué anticipe mi muerte?
¿Qué plastifique mi vida?
Era un tonto,
y mis miedos me hicieron dos tontos, (1)
No, no es mío
es el miedo a que este poema
no pudiera caminar solo.
Miedos,
ocultos deseos
de eternidad.
Adolfo Lisabesky(1) "Era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos"
Rafael Alberti
terroríficas estacas que penetran
mi alma.
Se instalaron una tarde de presiones contenidas
para no abandonarme el resto de mis días.
¿Qué queréis de mi?
¿Qué anticipe mi muerte?
¿Qué plastifique mi vida?
Era un tonto,
y mis miedos me hicieron dos tontos, (1)
No, no es mío
es el miedo a que este poema
no pudiera caminar solo.
Miedos,
ocultos deseos
de eternidad.
Adolfo Lisabesky(1) "Era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos"
Rafael Alberti
lunes, 11 de agosto de 2014
Amater resucitado
He muerto tantas veces
que ya no sé si escribo esto
vivo o muerto.
Lo cierto es que soy un resucitado
bastante depauperado.
No tengo yagas
que echarme a las manos
ni ando por Getsemaní
asombrando a los vivos.
Debo estar muerto,
y esto es la eternidad.
Un continuo deambular
de tertulia en tertulia teológica:
"Harto de multiplicar los peces
multiplico amanecidas"
En un asombró dialéctico
ayer me convencí resucitado,
ahora ni el Ébola, ni los aprendices
a jinetes apocalípticos
pueden bajarme de este palmo y medio
de aura,es todo lo que me puedo permitir.
Adolfo Lisabesky
que ya no sé si escribo esto
vivo o muerto.
Lo cierto es que soy un resucitado
bastante depauperado.
No tengo yagas
que echarme a las manos
ni ando por Getsemaní
asombrando a los vivos.
Debo estar muerto,
y esto es la eternidad.
Un continuo deambular
de tertulia en tertulia teológica:
"Harto de multiplicar los peces
multiplico amanecidas"
En un asombró dialéctico
ayer me convencí resucitado,
ahora ni el Ébola, ni los aprendices
a jinetes apocalípticos
pueden bajarme de este palmo y medio
de aura,es todo lo que me puedo permitir.
Adolfo Lisabesky
Sol-Izado
miércoles, 6 de agosto de 2014
Banalidades
Sonríen bañistas y les sonrío,
distraigo el tedio estival,
en conversaciones instrascendentes:
- ¿Probó usted sus melocotones?
-Sí- con un punto de melancolía- aunque
en una parte aun estaban verdes.
En este mismo instante
caerá la muerte sobre los tejados
de una casa atestada de vida,
en Gaza los refugios son de papel mojado
el mismo papel mojado donde firman
sus acuerdos todos los terroristas.
Ahora Miguel recordará
porque hizo lo que hizo,
porqué el bien no tiene esperas,
porqué la vida en África
no tiene futuro, sin un presente.
Ahora que murió su hermano,
que sus hermanas mueren con él,
cuenta los segundos que tarda la burocracia
en remangarse unas mangas
que el ya se remangó.
Siento en mi cuello
la inapelable sentencia
de culpabilidad.
Ajeno al dolor,
sumergido en la dulce banalidad,
los ecos del Ébola,
y las olas que llegan a Murcia
por el bombardeado mar palestino
tocan mi hombro,
tocan el hombro de occidente,
pero el canto de sirena
de las dulces banalidades
nos impiden torcer el pescuezo.
Adolfo Lisabesky
Por la pronta llegada y recuperación de D. Miguel Pajares
distraigo el tedio estival,
en conversaciones instrascendentes:
- ¿Probó usted sus melocotones?
-Sí- con un punto de melancolía- aunque
en una parte aun estaban verdes.
En este mismo instante
caerá la muerte sobre los tejados
de una casa atestada de vida,
en Gaza los refugios son de papel mojado
el mismo papel mojado donde firman
sus acuerdos todos los terroristas.
Ahora Miguel recordará
porque hizo lo que hizo,
porqué el bien no tiene esperas,
porqué la vida en África
no tiene futuro, sin un presente.
Ahora que murió su hermano,
que sus hermanas mueren con él,
cuenta los segundos que tarda la burocracia
en remangarse unas mangas
que el ya se remangó.
Siento en mi cuello
la inapelable sentencia
de culpabilidad.
Ajeno al dolor,
sumergido en la dulce banalidad,
los ecos del Ébola,
y las olas que llegan a Murcia
por el bombardeado mar palestino
tocan mi hombro,
tocan el hombro de occidente,
pero el canto de sirena
de las dulces banalidades
nos impiden torcer el pescuezo.
Adolfo Lisabesky
Por la pronta llegada y recuperación de D. Miguel Pajares
lunes, 4 de agosto de 2014
También las hienas se ríen
También las hienas se ríen
y los sádicos pilotos
cuando bombardean
escuelas,
y los curas pederastas que se santiguan
antes de arrebatar la niñez
para sumergirse en el pecado,
y los brokers cuando consiguen su dos
por ciento
en la inmundicia de un sistema
podrido.
Yo también me río,
Yo también me río,
el otro día me sorprendí sonriendo
tras un amanecer.
Pensaba que el Sol
Pensaba que el Sol
era aún más fuerte
que todos los genocidas,
que la bolsa de wall street,
que el mismísimo Vaticano,
y más poderosa que la risa
de todas las hienas del mundo.
Me entró la risa
en uno de sus rayos luminosos
Adolfo Lisabesky
domingo, 27 de julio de 2014
Borrachera vital
Como pintor
no soy Van
Gogh.
Como poeta, no doy la talla
Como poeta, no doy la talla
de Pablo
Neruda.
Como profesor no llego a la altura
Como profesor no llego a la altura
de Séneca.
Como padre, educo torpemente.
En cambio, cojo los pinceles,
Como padre, educo torpemente.
En cambio, cojo los pinceles,
la pluma, la tiza y mi alma de
progenitor,
creyéndome afamado pintor,
consumado poeta,
eminente profesor
y padre querido.
En esta embriaguez observo, mis poemas,
mis pinturas, mis lecciones
y los días
con mi hijo.
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
jueves, 24 de julio de 2014
Promesas
Una promesa:
“No dejaré de escribir poemas
hasta que sentado en un autobús
oiga un cuchicheo de versos
mal recitados y peor escritos.
Y al volverme sean dos enamorados
que cuidan su historia
entre los paisajes de uno de mis
versos.”
Estaré
enamorado hasta la muerte (1)
Entonces
como el Simón Bíblico
diré
algo así:
“Mis oídos ya han contemplado
“Mis oídos ya han contemplado
al
amor hacer repicar mis versos,
ya
la lira puede apagarse”
y temblarán mis manos al coger tus manos (1)
y temblarán mis manos al coger tus manos (1)
Dejaré
el Parnaso,
pondré
fin a mis días de polizón
en
el barco de los poetas ignorantes,
volveré
a la sordidez de los números
y
me cobijaré en los versos sueltos
del
álgebra.
y
temblará mi voz cuando te acerques (1)
Pero
mientras que en la acera,
en
una siniestra oficina,
en
los rectos oficios de las esquinas,
o
en los silenciosos recreos
de
un colegio abarrotado,
no
me asalten mis versos,
los
seguiré escribiendo.
y
te miraré a los ojos como si llorara. (1)
Adolfo Lisabesky
sábado, 19 de julio de 2014
Gaviota
Da el pájaro sus últimas aleteadas
cuando el cielo está próximo a
extinguirse,
en un último vuelo épico
cae a la tierra, al mar, al lodo
y
siente morirse.
Nosotros
-que ni de lejos imitamos sus vuelos-
tememos el día de la última bocanada,
del último suspiro, del último beso.
Y soñamos con volar muertos.
Muertos de una vida
vivida a ras del suelo.
Juan Salvado Gaviota,
Juan Salvado Gaviota,
sorprende y enfada a sus congéneres
tan humanos, tan poco pájaros,
tan asidos al pragmático vuelo,
que parecieran sacados del parlamento,
donde se redactan los boletines
oficiales.
¿A dónde vas Gaviota?
Si ya no hay peces en la mar.
Vuela, vuela, planea y muere
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
martes, 15 de julio de 2014
El manto
La madurez esconde
tras un adusto manto,
un coro de niños asustados,
las dudas amontonadas
de la noche adolescente,
las prisas mal paridas
de un joven recién renacido.
Así, el niño, el adolescente,
el joven y el viejo en ciernes,
saltan a mordiscos
sobre un manto roto,
deshecho,
deshilachado,
descompuesto.
Con este postrero manto
sábado, 12 de julio de 2014
La República de los Abrazos Rotos
República de los abrazos rotos,
ínsula poblada de ciudadanos
solitarios
árido desierto de amores exiliados,
permitirme ser vuestro secretario.
Tomaré uno por uno
los odios declarados,
en mis actas no faltará ninguno.
Levanten la mano los despechados,
dejadme que cuente:
Uno, dos...
Uno, dos...
-Usted el de la mirada rota,
¿Le tomo nota?
Asiente en un gesto terrible,
Me acercaría,
lo abrazaría,
le daría compañía.
Pero no puedo, ya que soy
Pero no puedo, ya que soy
“El secretario de la república
de los abrazos rotos”
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
viernes, 11 de julio de 2014
La Palmera
Palmera que emerges del mar
para conquistar el cielo
en tus dátiles de sal:
El amor, el odio y el duelo
Adolfo Lisabesky
para conquistar el cielo
en tus dátiles de sal:
El amor, el odio y el duelo
Adolfo Lisabesky
miércoles, 9 de julio de 2014
La sombra, hijo pródigo
¿Que quieres que me diga, sombra,
si ya me lo dije todo?
Hubo un tiempo de penumbra
en el que escondías tu llanto
en el llanto de los otros.
Y con la luz huiste de mi lado.
Me recuerdo en barcas
de estanques casi dorados.
Pero aquello duró poco,
El agua del estanque se secó
y las nubes te trajeron de nuevo,
sombra.
A veces me confundo contigo,
hay días, que creo
quieres ser yo.
No me distingo, me arrastro sobre ti,
entonces te conviertes en cicerone
de los grises mundos del reflejo
inverso.
Nunca me has perdonado
mi breve idilio con la luz.
Te regalo rosas negras
me perfumo
con el olor oscuro
de una nocturna madreselva
y me dejo caer a tu lado
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
lunes, 7 de julio de 2014
Lengua materna
Si acaso tengo lengua materna
esta debe ser la poesía.
Sí, definitivamente así lo pienso,
lo he descubierto leyendo gruesos
libros de poesía.
Ángel González piensa, escribe y dice
en poesía.
Y yo lo leo y oigo poéticamente.
Lo que ocurre es que los poetas
somos un pueblo en eterna diáspora.
Por ejemplo, quisiera decir:
“La mar en estos días estivales
está especialmente acogedora”
pero escupo:
“Hace buen día de baño”
“Hace buen día de baño”
En otras ocasiones, quise decirte:
“De tus ojos se escapa gota a gota,
tu alma herida”
En cambio, un torpe consejo:
“Debes ir al oculista”
En cambio, un torpe consejo:
“Debes ir al oculista”
En este mundo nuestro
prosélito de idiomas y zarandajas
alguien olvidó que la poesía:
La hablan los mudos,
la leen los ciegos,
la piensan los enamorados
y la escriben los atrevidos.
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
sábado, 5 de julio de 2014
Gotas de luz
Traigan la luz,
las luciérnagas
en su abdomen iluminado.
Que el cielo
porte en sus nubes el sol.
Los estudiantes
sumen sus flexos ardientes.
La vida
cargue con su alegría.
Los pirómanos
aporten sus cerillas.
Traiga el domingo
su taciturno crepúsculo.
Y tú
tráete esa sonrisa
que tanto me gusta.
Y cuando todo sea luz
echaremos de menos
las sombras.
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
viernes, 4 de julio de 2014
Mar adentro
Subamos al barco compañera
¿Te quitaste los zapatos de tacón alto?
Cuidemos sus velas y las maderas
de esta vieja balandra donde embarcamos.
Sedal, aceite, agua y vino.
Espero recordar el lenguaje del viento,
de andar por tierra firme olvidé sus signos,
las palabras, sus toscas apreciaciones,
que pudieran sacarnos de un aprieto
en alta mar, donde nada vale
el lenguaje de los hombres.
Hagamos del barco nuestra casa,
un libro de poemas, un hornillo,
una radio rota, tu calor y el mio.
¿Aprendiste el significado de las estrellas?
Allá donde la tierra es sólo un recuerdo
podría sernos de ayuda o consuelo.
Y navegar compañera, navegar.
Izaremos la bandera del país de los sueños
bajo su amparo todo será posible
mis manos sobre tu espalda y en tu cuello
mis besos.
Tomaremos al asalto los amaneceres
no haremos prisioneros,
en los días nublados
pasaremos por la quilla
a los torpes enamorados.
Y al llegar la noche
en el suelo de nuestra balandra
seremos nosotros los observados.
Adolfo Lisabesky
¿Te quitaste los zapatos de tacón alto?
Cuidemos sus velas y las maderas
de esta vieja balandra donde embarcamos.
Sedal, aceite, agua y vino.
Espero recordar el lenguaje del viento,
de andar por tierra firme olvidé sus signos,
las palabras, sus toscas apreciaciones,
que pudieran sacarnos de un aprieto
en alta mar, donde nada vale
el lenguaje de los hombres.
Hagamos del barco nuestra casa,
un libro de poemas, un hornillo,
una radio rota, tu calor y el mio.
¿Aprendiste el significado de las estrellas?
Allá donde la tierra es sólo un recuerdo
podría sernos de ayuda o consuelo.
Y navegar compañera, navegar.
Izaremos la bandera del país de los sueños
bajo su amparo todo será posible
mis manos sobre tu espalda y en tu cuello
mis besos.
Tomaremos al asalto los amaneceres
no haremos prisioneros,
en los días nublados
pasaremos por la quilla
a los torpes enamorados.
Y al llegar la noche
en el suelo de nuestra balandra
seremos nosotros los observados.
Adolfo Lisabesky
jueves, 3 de julio de 2014
Tangram
Tengo los bolsillos
llenos de canciones,
mi camisa llena de rayas
y trozos de mi alma
olvidados en las estaciones.
Tesoros de ida y vuelta,
monedas cartón piedra,
unos besos que no besan
y unos versos que no riman
Tentadoras exequias,
de un Dios nacido muerto
en un mundo muy vivo
me reclaman los talentos
que nunca he tenido.
Terribles moradas
llenas de ladrones perezosos
que olvidan en sus robos
las ilusiones robadas
Tormentas de verano
sacan los pies de un tiesto
lleno con rayos del invierno
sin pudor y con descaro.
Taimado tangram
torpemente terminado
Adolfo Lisabesky
llenos de canciones,
mi camisa llena de rayas
y trozos de mi alma
olvidados en las estaciones.
Tesoros de ida y vuelta,
monedas cartón piedra,
unos besos que no besan
y unos versos que no riman
Tentadoras exequias,
de un Dios nacido muerto
en un mundo muy vivo
me reclaman los talentos
que nunca he tenido.
Terribles moradas
llenas de ladrones perezosos
que olvidan en sus robos
las ilusiones robadas
Tormentas de verano
sacan los pies de un tiesto
lleno con rayos del invierno
sin pudor y con descaro.
Taimado tangram
torpemente terminado
Adolfo Lisabesky
martes, 1 de julio de 2014
Memoria
Es la maquinaria del cerebro
caprichosa, vieja e impredecible
ayer me asaltaron antiguos sueños
como seres ajenos, invisibles
Ahora en mi recuerdo
alojados en la capilla del olvido:
Los domingos de tebeos por misas,
Los pases mal dados en un partido
jugado hace ya más de diez mil días.
El escondite infantil preferido.
Unos petardos que explotaron en mis manos
a pesar de los ingenuos resoplidos.
Las fiestas nocturnas de dos hermanos.
El lujo de un viaje junto a las ventanas
de un simca mil repleto, destartalado.
La soledad como un mito lejano,
enseña sus colmillos al ir las hermanas.
Poco a poco se fue rompiendo
el carnet de familia numerosa
Adolfo Lisabesky
caprichosa, vieja e impredecible
ayer me asaltaron antiguos sueños
como seres ajenos, invisibles
Ahora en mi recuerdo
alojados en la capilla del olvido:
Los domingos de tebeos por misas,
Los pases mal dados en un partido
jugado hace ya más de diez mil días.
El escondite infantil preferido.
Unos petardos que explotaron en mis manos
a pesar de los ingenuos resoplidos.
Las fiestas nocturnas de dos hermanos.
El lujo de un viaje junto a las ventanas
de un simca mil repleto, destartalado.
La soledad como un mito lejano,
enseña sus colmillos al ir las hermanas.
Poco a poco se fue rompiendo
el carnet de familia numerosa
Adolfo Lisabesky
domingo, 29 de junio de 2014
Caminante, higos y versos
Leo mis poemas con voz engolada
en mi soledad retumban las rimas no convocadas
Subiré los poemas a la copa de una higuera
allí los golosos gorriones picotearan mis versos
dejándolos como un vaginal higo rojo, abiertos.
El caminante no sabrá si comerlos, si leerlos
o en el amor someterlos.
De los versos leídos, picoteados o sometidos
haré libro, fruto o un rincón de mi destino.
Adolfo Lisabesky
en mi soledad retumban las rimas no convocadas
Subiré los poemas a la copa de una higuera
allí los golosos gorriones picotearan mis versos
dejándolos como un vaginal higo rojo, abiertos.
El caminante no sabrá si comerlos, si leerlos
o en el amor someterlos.
De los versos leídos, picoteados o sometidos
haré libro, fruto o un rincón de mi destino.
Adolfo Lisabesky
Amanecer en Almería
Cuarenta y tres años
creyendo en amaneceres
como en hombres y mujeres
sin ojos, desconocidos, extraños.
Hoy
- que soy más Santo Tomás que nunca-
avisé al despertador que me avisara,
avisé a mis sentidos que me alertaran,
avisé a mi sueño de mi jugada.
Y viví el sol de la Alcazaba.
Y digo aquí y ahora, vivir
porque lo he visto morir
tantas veces
en caminos hacia a la luna,
cuando los sueños perecen,
perdido en los reinos sin cintura.
No cayeron llantos de alegría
sino canto, poema y baile.
Como una ancestral
muestra de alegría.
Y salió el sol
y todos respiramos aliviados,
cayó el día sobre nosotros,
volví a mi cama reconfortado.
Amanecer en Almería
a pesar del tumulto
pude ver la amanecida
Adolfo Lisabesky
Adolfo Lisabesky
jueves, 26 de junio de 2014
Adios
Te vas y sólo puedo beber y sonreír
que mal bebo
...que estúpido sonrío.
Te vas como un goteo incesante
como la manija del segundero loco
y yo sólo sé beber...y sonreír.
Mis sorbos son francos
también mi risa.
Pintaron de un carmín rojo mis labios
ahora mi risa será mas clara, nítida, orgullosa
Y mientras los días de despedida se agigantan
me hago pequeño, tanto como las gotas de rocío
de las plantas de plástico que alguien olvidó regar.
Adolfo Lisabesky
A Lola R, Lola M, Agustín, Belén, Aurelia, Jose, Raquel
Mucha suerte
que mal bebo
...que estúpido sonrío.
Te vas como un goteo incesante
como la manija del segundero loco
y yo sólo sé beber...y sonreír.
Mis sorbos son francos
también mi risa.
Pintaron de un carmín rojo mis labios
ahora mi risa será mas clara, nítida, orgullosa
Y mientras los días de despedida se agigantan
me hago pequeño, tanto como las gotas de rocío
de las plantas de plástico que alguien olvidó regar.
Adolfo Lisabesky
A Lola R, Lola M, Agustín, Belén, Aurelia, Jose, Raquel
Mucha suerte
lunes, 23 de junio de 2014
Adolfadas IX
En una siesta temblorosa
la brisa del norte
anuncia al sopor su derrota
Un barco amanece en tu lomo,
un pájaro picotea tu espalda,
las noches despiertan tu alma
Dibujé un verso en el río
me lo dictaba la ribera,
en el mar lo he visto crecido.
La moneda en el aire
se resiste a caer
y revelar mi destino
La felicidad
que nace del odio
dura lo que el flash
de una fotografía.
El efecto dominó
es imparable,
espero ser la ficha final.
Para leer a León Felipe
hay que viajar a México
para poder gritarle a España
o a lo que queda de ella
Dejarse caer sobre la cama
dormirse al compás de un grillo
Mirarse en los espejos, el alma.
De este material son mis amigos.
Un unicornio anda suelto
¡Cuidado! el cree que es rinoceronte,
no sabe que escapó de un sueño
Adolfo Lisabesky
la brisa del norte
anuncia al sopor su derrota
Un barco amanece en tu lomo,
un pájaro picotea tu espalda,
las noches despiertan tu alma
Dibujé un verso en el río
me lo dictaba la ribera,
en el mar lo he visto crecido.
La moneda en el aire
se resiste a caer
y revelar mi destino
La felicidad
que nace del odio
dura lo que el flash
de una fotografía.
El efecto dominó
es imparable,
espero ser la ficha final.
Para leer a León Felipe
hay que viajar a México
para poder gritarle a España
o a lo que queda de ella
Dejarse caer sobre la cama
dormirse al compás de un grillo
Mirarse en los espejos, el alma.
De este material son mis amigos.
Un unicornio anda suelto
¡Cuidado! el cree que es rinoceronte,
no sabe que escapó de un sueño
Adolfo Lisabesky
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